“Desde hace 30 años no había un mitin así en Catalunya”, gritó la candidata por Barcelona del Partido Socialista de Catalunya (PSC), Carme Chacón, al tiempo que las más de 30 mil gargantas presentes festejaban el dicho. El jueves por la noche, el Palau de Sant Jordi, de Barcelona, estaba abarrotado por seguidores socialistas de todo tipo: mujeres, hombres, jóvenes, ancianos, inmigrantes...
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(Foto: Anete Asare) |
A la gente, sin embargo, lo que le interesaba era ver al que sería el mejor capital político del PSOE: Felipe González. Así lo demostraron las ovaciones que brindó la multitud de pie al ex presidente del gobierno español. Y también lo demostraron los catalanes que se comenzaron a marchar cuando Zapatero no terminaba aún su discurso. |
 (Foto: Anete Asare) |
La unidad entre los socialistas catalanes y los obrero-españoles quiso quedar evidente. Sonrisas cómplices y de camaradería asomaban los rostros de los protagonistas de esa noche: Jordi Hereu, José Montilla, Carme Chacón, José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González.
Sin embargo, a la hora de los discursos, el presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC no perdió oportunidad para plantear de manera abierta lo que Catalunya espera de la próxima legislatura: el despliegue de las competencias del estatuto catalán y un nuevo sistema de financiación más justo y adaptable a las necesidades de la provincia.
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Pero las peticiones con sabor a reproche no quedaron ahí: “Necesitamos una solidaridad transparente porque Catalunya quiere seguir siendo solidaria con el conjunto de España. Esperamos que se acuerden y realicen las inversiones que necesita y reclama Catalunya para poder continuar siendo la locomotora económica de España”, decía al tiempo que los aplausos y ovación generalizada en todo el público lo hacían callar.
Después llegó el momento de Carme Chacón. Conciliadora. Optimista. Resaltando siempre las virtudes de su amigo y jefe Zapatero, no sin antes alabar la figura de Felipe González: “Gracias Felipe. Te estamos agradecidos porque esta tierra nunca ha sido tan catalana ni española como en 1992. Nunca. Y nunca como en aquel tiempo aprendimos que juntos éramos imparables”.
Y dio paso el momento del humor y burla hacia los populares: “Cuando ganaste yo tenía sólo 11 años. Así que todo lo bueno que me ha pasado me pasó contigo. He podido disfrutar de la medicina pública, de mi primera beca con Felipe, de mi primer pasaporte. ¡Yo he sido la niña de Felipe!”, aseguró.
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| (Foto: Anete Asare) |
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Acto seguido, el auditorio se venía abajo. La euforia que provocaba González no la controlaba nadie. La multitud recibía lo que quería ver y escuchar. No importó que dentro de su discurso el ex jefe de gobierno se refiriera a las mujeres como “las que deben crear y procrear”. Nada de lo que dijera importaba. Sólo su presencia.
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