Nieto de uno de los redactores del Estatuto de Autonomía de Galicia de 1932, el candidato muy pronto sintió la vocación política.

Tras licenciarse en Derecho por la Universidad de Santiago con el mejor expediente de su época, este hincha del Deportivo La Coruña,  superó unas oposiciones muy duras para ocupar una plaza de Registrador de la Propiedad.  No obstante, lo dejó todo cuando fue tentado por Alianza Popular para formar parte de sus listas, en 1981.

Con 26 años, era elegido diputado en las primeras elecciones autonómicas que se celebraron en Galicia y en junio de 1986 fue nombrado Presidente de la Diputación provincial de Pontevedra, desempeñando este cargo hasta julio de 1991.

En enero de 1989 Alianza Popular se refunda en un único partido, y pasó a denominarse Partido Popular (PP), siendo su presidente Manuel Fraga Irribarne. Rajoy, con 34 años, es nombrado miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular y diputado por Pontevedra, y es reelegido en 1993.

Su relación con el poder se fue haciendo más cercana. En 1994 dirigió la campaña electoral para las elecciones europeas y al año siguiente las municipales. Aznar puso en sus manos la responsabilidad de la campaña electoral de 1996, en la que los populares acabaron con 14 años de hegemonía socialista. Fue él quien dirigió la campaña que dio al PP la mayoría absoluta en las elecciones de 2000.

José María Aznar siempre contó con él para los puestos clave de su gabinete. Rajoy ha sido ministro de Administraciones Públicas, de Educación y Cultura, vicepresidente primero y ministro de la Presidencia, del Interior, y Portavoz del Gobierno.

En su carrera política no todo ha sido fácil. Como portavoz tuvo que afrontar el desastre natural causado por el vertido del Prestige, y el apoyo de Aznar a George W. Bush durante la invasión de Irak del 2003. Problemas de los que dijo en su oportunidad: "Son dos asuntos muy llamativos, pero su incidencia en la vida real de la gente no es tanta".

A la luz incluso salieron las declaraciones que Rajoy había hecho a un medio escrito el año anterior: “No hay que mentir nunca, primero, porque no conduce a nada y al final siempre se sabe todo. Digan la verdad o miren para otro lado, que tampoco pasa nada (...). Créanme ustedes, porque es una de las pocas cosas que he aprendido en los años que llevo en la política”.

Del actual presidente del Gobierno dijo también en otro medio escrito en  2003 “Sin el Prestige y sin Irak, Zapatero sería irrelevante en la vida política española”. Las críticas hacia su opositor son cada vez más constantes.

Faltando días para las elecciones, su programa electoral, que ha suscitado mucha polémica, pretende lograr la mayor rebaja de impuestos de la democracia, una subida de las pensiones más bajas, y cambiar la Ley de Extranjería para frenar la inmigración ilegal. Si asciende a primera línea el próximo 9 de marzo, se comprobará si estas promesas se transforman en realidad.