La primera reacción en Iniciativa a los sondeos a pie de urna vino de la mano de su director de campaña, Marc Rius. “Confiamos en mantener los dos escaños”, exclamó. Y aunque su rostro serio transmitía más preocupación que satisfacción con los resultados esperados, la noche todavía era larga.

Pero dejando a un lado los sondeos, lo cierto es que ya desde el principio la formación ecosocialista saboreó la cara amable del recuento. Con el 50 por ciento de las papeletas escrutadas, se sabía que Izquierda Unida obtenía unos datos pésimos (un solo diputado), a la vez que Iniciativa lograba mantenerse en los dos que logró en 2004.

A las 11 de la noche, los malos resultados de IU pasaban factura a Gaspar Llamazares y, por ello, anunciaba su dimisión. Por su lado, Joan Herrera comparecía ante los medios 45 minutos después de que lo hiciera Llamazares, una vez seguro de lograr mantener los “buenos” resultados logrados en 2004. Sin embargo, la alegría se convirtió pronto en desilusión.

El discurso del candidato de ICV-EUiA, Joan Herrera, fue en clave positiva. Describió la campaña como “larga y con polarización”, y se felicitó por haber conseguido “mantener los dos diputados en un contexto difícil”. Sólo por un instante mencionó a IU, y para señalar a modo de comparación que: “los compañeros de Izquierda Unida no han tenido buen resultado, pero la gente de ICV-EUiA ha mantenido su fuerza”.

En ese momento, justo siete minutos después de haber empezado su comparecencia, todo cambió. Al final de su intervención, Iniciativa perdió el segundo diputado. Y su fugaz éxito se esfumó. “Lo hemos ganado”, afirmaba todavía el conseller de Interior Joan Saura cuando todavía pocos sabían que habían perdido un escaño. Pero para entonces, ya muchos estaban pensando en qué decir ahora que se confirmaba lo peor: la debacle del proyecto ecosocialista.