A las 19 horas ya la mayoría de los periodistas había llegado a la sala de prensa del Hotel Catalonia, el local escogido para la presentación de Esquerra Republicana de Catalunya en la noche electoral. La agitación de los profesionales reflejaba estrés, pero no mucho, unos arreglaban sus cámaras, otros trabajaban en sus ordenadores, todos preparaban el esperado evento.

El propio espacio, amplio y sofisticado, ayudaba a que la espera no fuera tan dura. Los caramelos repartidos en pequeñas tazas de cristal también. Mientras tanto, los resultados eran seguidos a través de las grandes pantallas colgadas a un lado de la sala. En la puerta del salón de prensa, un mar de biquinis envueltos en plástico, pastas y croissants que a mitad de existencia paseaban en las manos de otros que esperaban en el pasillo. El hambre apretaba, y la impaciencia también.

A las 20 horas han aparecido los primeros resultados, momento en el que el bullicio de la sala se ha tornado en un absoluto silencio, con las miradas de todos los periodistas dirigidas a las pantallas dispuestas a un lado de la sala. Los resultados ya apuntaban una más que ligera victoria del Partido Socialista y una previsión de entre 3 y 4 escaños para Esquerra.

Cinco minutos después han aparecido en escena dos integrantes del partido: la portavoz de Esquerra, que algunos periodistas no atinaban a adivinar su nombre, y el director de campaña, Xavier Vendrell. La portavoz ha realizado una primera valoración de los resultados provisionales, de los que ha insistido, “son provisionales”, aunque su rostro reflejaba ya el pesimismo que más tarde sus compañeros de partido han portado como símbolo de derrota.

Unos y otros se movían de aquí para allá. Otros, han optado por seguir el partido que en paralelo jugaba el fútbol Club Barcelona. En este caso, ni la política ha superado el poder del deporte rey.

A las diez y cuarto de la noche aproximadamente llegaba el cabeza de lista, Joan Ridao,  acompañado de todos los representantes de ERC. Se ha dirigido al ‘Uno’ amarillo, soporte de la campaña electoral del 2008,  con el slogan “Un país, por la independencia”. A su izquierda, permanecía el presidente del partido, Carod-Rovira. Detrás, raramente tímido, Joan Tardà, y a su mano derecha, el director de la campaña.

Joan Ridao, ha aparecido con un rostro serio, reflejo de unos resultados negativos. Una vez concluida la sesión, se han oído por la sala suspiros de cansancio y cada uno se ha puesto manos a la obra para concluir cuanto antes esta dura e intensa jornada.