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La banca cierra el grifo

A pesar de las garantías estatales, el mercado interbancario sigue clausurado

ARTURO SÁNCHEZ|BERNAT TOMÁS

La pregunta que todos se hacen hoy es cuándo abrirá, la banca mundial, los créditos a la economía real. Tanto el gobierno español como el de Bruselas la presionan para que asuma el protagonismo en la recuperación económica. Para ellos, el sistema financiero cuenta con los respaldos y estímulos suficientes para dar los primeros pasos hacia la reactivación. A pesar de esto la actitud de los bancos sigue siendo tímida, interesada más en cuidar la casa que en salir a buscar oportunidades.

El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, defendió la actitud de los bancos asegurando que no son ellos los responsables de la crisis, sino los consumidores que se endeudaron muy por encima de sus capacidades. Con esta declaración, Martín respondió a la acusación, proveniente de varios
Análisis: Un panorama lleno de incertidumbre

Alberto Moro: consultor financiero

Los bancos culpan a los ciudadanos.

sectores, la cual culpa a la banca de profundizar la crisis al no proporcionar líneas de crédito.

Un punto que ayuda a dar respuesta a la pregunta inicial es el hecho de que a un problema global se le han dado soluciones locales. No se han establecido reglas de juego comunes para la banca internacional. Cada país ha enfrentado el problema de manera distinta en algunos casos han dejado quebrar a los bancos, otros los han intervenido y otros han decidido inyectar capital al sistema. Ante esta situación, el mercado interbancario se ha visto envuelto por un ambiente de incertidumbre en el que no se sabe hasta qué punto tienen participación los estados en cada uno de los sistemas, y si en realidad existen los soportes para que se dé una apertura del mercado.

Bajo este panorama el futuro de la banca parece oscuro. A pesar de esto, hoy se están evidenciando otros efectos que pueden impulsar una recuperación del sistema bancario.

Una luz al final del túnel
En primera instancia está el bajo precio del petróleo. Con las bajadas históricas que ha sufrido el hidrocarburo, varios sectores de la economía se sentirán impulsados a invertir más en producción, ya que los costes se van a reducir. Este elemento puede llevar a que las

demandas de crédito aumenten a la vez que permitirán generar un ambiente más favorable para las inversiones.

Otro aspecto, muy relacionado con el anterior, es el de la baja de los precios de las materias primas. Al igual que lo que ocurre con el petróleo, la reducción en estos bienes ayudará a reducir costos de producción, elemento que la impulsará y que se espera juegue como un factor fundamental en las presiones para que la banca tenga que salir a prestar dinero.

Un tema sobre el que se ha establecido un gran debate es la reducción de la inflación. El  Banco Central Europeo aseguró, el pasado 21 de enero, que no habrá deflación. Ante este anuncio, varios especialistas apuestan a que la baja inflación promueva el consumo y que, de esa forma, la demanda por créditos aumente.

La baja inflación incentivará el consumo.

En busca de un nuevo motor económico
A pesar de estos pronósticos optimistas, todavía existe mucho escepticismo, especialmente en cuanto al caso español. La crisis financiera afectó profundamente al sector de la construcción y al mercado inmobiliario, pilares del crecimiento económico español. Ante el declive de estos núcleos productivos, España busca hoy un nuevo motor para su economía. En esta situación no se sabe si existirá en el mercado demanda suficiente de créditos como para que la banca española recupere su lugar.

Por otro lado está el tema de la competitividad, como lo mostró en un artículo el Premio Nobel de Economía Paul Krugman. Según Krugman, el Euro representa una gran barrera para España a la hora de competir contra otras naciones en el mercado internacional. La moneda común europea encarece la producción y en esa medida hace difícil que las manufacturas de la península compitan contra los de otras latitudes