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“España se colocará a la cola de Europa”

La crisis actual será intensa y larga, en comparación con experiencias anteriores.

AWAD MOHAMED

Ante una crisis de estas dimensiones y sin referencias históricas, dado el núcleo financiero de la misma y su globalización, muchos analistas empiezan a dudar de la eficacia del sistema capitalista tal como lo entendemos hasta el momento. Alberto Moro Suarez es doctor en Economía y trabaja como consejero delegado de la firma Solventis, especializada en asesoramientos de operaciones financieras corporativas. Y declara: “Yo soy optimista por naturaleza, pero he de reconocer que en esta crisis veo las cosas realmente mal. Será difícil y su máxima dureza esta aún por llegar

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P: ¿Piensa que se ha de reinventar el capitalismo?
R: Decir que se va a reinventar es mucho, pero creo se han de modificar muchas cosas. Esta crisis nos ha enseñado que muchos de los sistemas o regulaciones que tenemos implantados no resultaron idóneos. El capitalismo se sustenta en algo que a mí me parece primordial, en el libre mercado y en la libertad de las personas para crear empresas libres y poder llevarlas adelante lejos de la intervención estatal. Tienen que cambiar determinadas regulaciones que resultaron ineficientes como la supervisión de las innovaciones financieras, los requerimientos de capital o las solvencias a determinadas entidades. Capitalismo sí, pero adecuadamente contextualizado y regulado.

P: Si hoy los países ricos lloran, ¿qué deberían hacer los países pobres, además de rezar?
R: Creo que el impacto de la depresión está siendo muy fuerte, se está sintiendo de forma muy dura en los países considerados desarrollados, básicamente porque es allí donde reside el domicilio y la presencia de los grandes bancos. Parece ser que, desde un primer momento, el impacto en las economías en vías de desarrollo está siendo algo menor, pero les llegará. En un mundo donde el 15 por ciento de la población ostenta el 80 por ciento de la riqueza, hay algo que falla. La situación a largo plazo será insostenible mientras los países desarrollados no establezcan mecanismos para integrar a los países subdesarrollados que, desgraciadamente, no pueden estar peor.

P: Se ha definido esta crisis como la interrelación de crisis un problema sectorial, financiero y social ¿Cómo debe abordarse?

R: Se conjugan esos tres elementos, pero el origen es otro. Viene de un consumo desmedido por encima de las posibilidades. Estamos pagando una época de excesos que arranca con el final de la crisis de las tecnologías en el 2002, como en EE.UU. o España, con la visión ficticia de la creación de dinero fácil sustentada en el sector inmobiliario. Aquí en España en los últimos 4 o 5 años no se ha generado nada, hemos vivido una inflación de precios de la vivienda y todos pensamos que éramos

Alberto Moro,asesor financiero

más ricos, pero cuando el precio se desinfla todo cae.

P: Además del consumo desmesurado, ¿cómo se globaliza de repente esta crisis?
R: El origen de la crisis global tiene que ver con el sector financiero y con la instrumentalización de producto de alto riesgo. Todo se sustenta en el modelo de negocio de la banca norteamericana, que es muy diferente a la española y que se caracteriza por generar para distribuir, mientras que el modelo español genera para retener. La diferencia está en que en los EE.UU. un banco da un crédito, lo empaqueta, lo mete en un título y vende este título en el mercado. La pregunta es: ¿qué interés tiene el banco en verificar si el crédito que ha concedido es bueno? Muy poca, porque lo que le importa es venderlo. Mientras en España, el negocio está en retener el crédito en el balance de los bancos, por eso se han cuidado de calcular el riesgo.

P: Según la comisión europea España será de los últimos en salir de la crisis, luego de haber crecido durante años por encima de la media ¿Cómo se entiende esto?
R: Efectivamente se está hablando de una caída del PIB del 2 por ciento, la más alta en los últimos 15 años. Yo creo que Gran Bretaña estará peor que nosotros, pero en cualquier caso nos colocaremos en la cola de Europa, como consecuencia de que la economía se sustentaba en la construcción y el sector inmobiliario, y estos serán los más afectados por la crisis.

P: ¿Qué opinión le merecen las medidas del Gobierno para afrontar la crisis?
R: Yo soy muy escéptico con las medidas que se han tomado hasta ahora, de cara al público pueden tener cierto sentido, pero en realidad son poco efectivas. Es un problema global y por tanto tiene que tener una solución global, de nada vale que cada uno busque sus soluciones. Lo único que se consigue con esto es distorsionar el mercado. En Gran Bretaña, por ejemplo, el gobierno ha entrado en el capital de los bancos nacionalizados de forma encubierta, y esto hace que el equilibrio de la libre competencia se vea afectado. Oparticipamos todos o no participa ninguno. En mi opinión las decisiones que se están tomando no son las adecuadas, es mucho mejor reducir la carga fiscal que el Estado invierta, porque priman los sectores y las empresas productivas y al final el déficit es el mismo.

P: Hablando de soluciones globales, ¿Qué espera de la próxima reunión del G20 con la novedad de Barack Obama?
R: La verdad es que espero poco si las soluciones que proponen se encuentran alineadas con las anteriores. En cuanto a Obama, al menos hemos de concederle los 100 días de gracia, porque la gran diferencia es que en los EE.UU. tienen una concepción de Nación, y Europa políticamente no existe.

P: Para Paul Samuelson, premio Nobel de Economía, estamos ante una crisis más profunda que la gran depresión del 29, y pronostica 3 años como mínimo para salir del túnel ¿Es usted más optimista?

R: Yo soy optimista por naturaleza, pero he de reconocer que en esta crisis veo las cosas realmente mal. Será dura y su máxima dureza está aún por llegar, y será intensa y larga en comparación con las recientes crisis que hemos vivido.

P: La banca ya no presta dinero ni entre pares…
R: La banca no presta por la escasa o poca liquidez. La banca española tiene tomada financiación del exterior por unos 950 mil millones de euros, de estos unos 100 mil vencen cada año, y la única forma en la situación actual donde crece la morosidad y la dificultades de empresas es quedarse con el dinero para devolverlo.

P: ¡Y mientras se le pide al ciudadano que consuma!

R: En una perspectiva de 4 millones de parados y un 18 por ciento de la población activa en la calle, es lógico que el consumidor decida por el ahorro