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“Las personas primero” y el catalán después

KIMBERLEY DONOGHUE

“Las personas primero, una nueva orientación hacia Europa” es el lema del Partido Socialista Europeo para su campaña electoral al Parlamento Europeo y después de cuatro años de una mayoría conservadora en una Europa plagada de crisis económica, una perspectiva fresca es tentadora.

OFICINA DEL PSC EN BARCELONA (Eliett Cabezas)

Como participante del Partido Socialista Europeo (PSE), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y la Internacional Socialista (IS), el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) comparte los valores comunes del socialismo como “la libertad, la igualdad y la solidaridad,” pero con una mirada hacía el interior. El PSC se centra en reforzar la identidad específica de Catalunya y lucha por el reconocimiento de los derechos nacionales que le corresponde.

El PSC-PSOE fue creado el 16 de julio de 1978 a través de la unificación de varios partidos políticos y colectivos de la izquierda catalana. Actualmente, cuatro eurodiputados representan el partido en el Parlamento Europeo: Josep Borrell i Pontelles, Raimon Obiols i Germà, Martí Grau i Segú y María Badia i Cutchet.

Uno de los fundamentos del partido es la lucha para hacer el catalán un idioma cooficial en Europa. En 2006, celebraron una pequeña victoria cuando aprobaron una normativa que permitía los ciudadanos a dirigirse en catalán en el Europarlamento y navegar por la página de web de la institución en su lengua preferida. No obstante, parece que la meta final queda muy lejos ya que el presidente de la Eurocámara, Hans Pert Pöttering, aprovechó de su visita a Barcelona en enero para reiterar su oposición a trabajar con todas las lenguas europeas.

A pesar de los esfuerzos de sus representantes para defender sus intereses en Europa, la comunidad catalana se ha mostrado poco participativa en las elecciones parlamentarias. En 2004, la población catalana superó todos los récords de abstención en la Unión Europea con una participación de sólo un 39%.

Este año, el partido ha puesto el tema lingüístico en segundo plano; la crisis financiera y sus consecuencias en la población han robado el protagonismo.

“Los conservadores han tenido una mayoría en Europa durante los últimos cuatro años. ¿Qué han hecho para conseguir una sociedad más justa? Han ignorado los intereses de las familias corrientes y trabajadoras. Queremos dirigir Europa a un nuevo rumbo, creando una sociedad más justa, poniendo las personas en primer lugar,” dijo el presidente del PSE, Poul Nyrup Rasmussen, al presentar el manifiesto socialista que enmarca las 71 medidas de su plataforma electoral.

El partido socialista ha hecho seis compromisos globales que cubren un abanico de temas desde prevenir nuevas crisis financieras hasta desarrollar una política de inmigración europea eficaz.

Y los compromisos vienen con soluciones. En noviembre, los socialistas europeos emitieron la Declaración de Manchester, en la cual sugirió un plan para superar la recesión. El PSE subrayó la importancia de abrir el grifo crediticio a las pequeñas y medianas empresas, la reactivación de los debates de comercio mundial de Doha y la inversión verde. A la vez, denunciaron los bonos de los ejecutivos, las cláusulas de blindaje y los despidos forzosos.

La apuesta por el medio ambiente de los socialistas se basa en un doble beneficio: la creación de trabajos y cumplir con los objetivos de Kyoto. Sugieren modernizar la red de trenes de alta velocidad y, a través de financiación del Banco Europeo de Inversiones, ampliar las infraestructuras energéticas y de telecomunicaciones.
Bajo el paraguas de la “Europa social,” el PSC expresa su preocupación por “los más vulnerables” de la sociedad: los pobres, los inmigrantes y las mujeres. Se compromete a tomar medidas para mejorar la calidad de vida a través de un pacto europeo para garantizar salarios justos. También apunta el importante papel de los inmigrantes y la necesidad de regular los trabajadores, respetar los derechos de los legales e ilegales y acabar con el tráfico de seres humanos.

Hasta ahora, la mayoría sólo son promesas electorales. Sin embargo, el partido ya puso cara a la lucha para la igualdad de género. Para el Día de la Mujer, el 6 de marzo, la eurodiputada María Badía moderó un dialogo entre dos grupos de socialistas jóvenes en el cual surgieron temas como la brecha salarial y la conciliación entre el trabajo y la vida personal. Concluyeron el diálogo con un guiño al manifiesto de su partido madre: “La lucha para la igualdad no es sólo una lucha para los derechos de las mujeres, es una lucha para una sociedad mejor y la recuperación de los valores progresistas.”