Y es que ya se sabe que en Catalunya “la pela es la pela”, usando el tópico, y más en estos tiempos de incertidumbre que corren. Mejor pues tener las espaldas bien cubiertas por alguien que se doctoró en economía después de defender la siguiente tesis: “Cicle econòmic a la manufactura catalana (1983-1995): Convergència microeconòmica amb Europa i influència de la política monetària en el marge empresarial a partir de la base de dades comunitària B.A.C.H.". Probablemente la mayoría de votantes de cualquier partido no entenderían ni el título, pero ya se sabe que en estos tiempos de crisis en los que -todo el mundo ya sabía lo que pasaría antes de que pasara. Sin embargo, nadie tiene ni idea de lo que hay que hacer ahora,- lo más importante no es saberlo sino que al menos lo parezca. El caso es que las teorías económicas del doctor Tremosa tocan la fibra sensible del catalán medio ya que están basadas en el expolio fiscal al que, según él, Catalunya lleva sometida durante años.
¿Pero qué ha pasado de puertas para adentro? Quizá la jugada no le acabe de salir del todo bien a Artur Mas. Parece que la forma en la que decidió prescindir del eurodiputado Ignasi Guardans no ha gustado en algunos sectores de la formación. En el contexto de una charla privada que, según conocedores de su desarrollo, fue muy tensa, el secretario general de CDC preguntó al eurodiputado - tal como ha revelado él mismo en público-qué votaría en un hipotético referéndum de autodeterminación de Catalunya y, ante su respuesta de que votaría no, le invitó a cuestionarse si se había equivocado de partido. Este hecho ha llevado a algunos a pensar que para la entrada de un soberanista hace falta la salida de un moderado. E incluso los más malpensados han llegado a creer que a la casa gran del catalanisme quizá habría que quitarle el adjetivo por que no deja de ser un pisito de dos habitaciones con un pequeño salón y sin vistas a ningún sitio.
A pesar pues de que la recién estrenada pagina web de Tremosa tenga “tics obamaniacos” (como las donaciones electrónicas a la campaña) parece que los partidos siguen viendo las elecciones europeas como un espacio para la experimentación (en este sentido no deja de ser curioso el mimetismo de ERC en esta edición copiando el modelo de candidato independiente del partido). Quizá en momentos como este en los que se acrecienta la distancia entre política y ciudadanía una buena respuesta puedan ser caras nuevas. Veremos.