P. ¿Qué evaluación hace de las elecciones del 1º de marzo en Galicia y el País Vasco?
R. Los resultados obtenidos podrían ser signos de una inflexión en la opinión pública española. El PSOE lleva en el poder unos cinco años, y hasta este momento se ha mantenido allí con una política de alianzas y ataques compuesta de cuatro elementos. Una alianza con los nacionalistas; la demonización del Partido Popular; el empobrecimiento de la sociedad española, que lleva a un debilitamiento moral, para transformarla en algo fácilmente manipulable. Y, por último, de resucitar viejas heridas que ya estaban enterradas. El guerracivilismo sólo enfrenta a los españoles entre sí. Como se ve, una estrategia mediática exitosa pero que destruye al país. Y los resultados de las elecciones vascas y gallegas muestran las grietas de esta política. Hay una absoluta pasividad del gobierno frente a la crisis, y eso está haciendo cambiar las tendencias del electorado. El final de todo esto se verá en las próximas elecciones europeas.
P. ¿Qué debería hacer el gobierno de Rodríguez Zapatero frente a la crisis?
R. Hay dos escuelas de pensamiento. La que habla de una necesidad de la intervención estatal, y la que propone reformas del sistema. Nuestro gobierno decidió inyectar dinero público, que es lo mismo que hipotecar la recuperación al futuro. No están ni estratégica ni psicológicamente preparados para afronta la crisis: nuestro presidente es un ignorante oceánico, no entiende nada de economía, sólo busca garantizarse los votos con medidas demagógicas. ¿Qué habría que hacer? Una reforma fiscal para beneficiar a las empresas, una reforma del mercado de trabajo, invertir en el desarrollo y la innovación y crear un sistema educativo más exigente y preparado.
P. ¿Y desde Europa?
R. Coordinar las decisiones políticas. Establecer un plan común. Apoyar a los países cuyos sistemas están más delicados. El Banco Central Europeo tiene un papel muy importante que jugar. Y hay países que lo están haciendo bien: Reino Unido y Francia, por ejemplo. El gobierno español destaca por su ineficiencia: de cada diez desocupados europeos hoy, nueve son españoles.
P. ¿Cuánto puede llegar a durar la crisis en Europa y en España?
R. El 2009 será terrible. El 2010 será malo. Y comenzaremos a ver la luz recién en el 2011. Pero si las políticas españolas siguen con este rumbo equivocado, la crisis puede prolongarse por cinco, ocho, diez años. Pero también existe la posibilidad de un adelanto de las elecciones, si las cosas siguen así.
P. Como especialista en el tema, ¿qué relevancia le da el Gobierno europeo al trabajo en las energías renovables?
R.
Mucha. Nuestra política en el tema descansa en tres puntos: el de seguridad y suministro, el de la competitividad de la economía y en la lucha contra el cambio climático. Tenemos que diversificar las fuentes de suministro y hacerlas más eficientes, y crear un gran mercado interior de energía europea.