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Carme Chacón, ¿Obama?

JOAN MASSONI

Zapatero se examina en junio de una crisis asfixiante. La falta de aliados en el Congreso y un ministro de Economía cuestionado son sus principales quebraderos de cabeza. En Catalunya tiene en el debe la financiación y en el haber a Carme Chacón, la ministra mejor valorada, incluso por encima del propio presidente.  

(Gáfico:Joan Massoni)

Se complican las cosas para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de cara a las próximas elecciones europeas debido al resultado electoral vasco y gallego del pasado 1 de marzo. La mayoría absoluta del Partido Popular (PP) en Galicia ha reforzado, de momento, el liderazgo de Mariano Rajoy, a pesar de las zancadillas internas de su partido y de los presuntos casos de corrupción investigados por el juez Baltasar Garzón. Incluso la posibilidad de que Patxi López sea el próximo ocupante de la Lehendakaritza supone un problema para Zapatero. Si Juan José Ibarretxe no es el lendhakari, el Partido Nacionalista Vasco (PNV) retirará su apoyo al PSOE en el Congreso de los Diputados y, desde Convergència i Unió (CiU), ya han advertido que no pactarán con el Ejecutivo, porque no se fían del presidente español.

Lo cierto es que la crisis empieza a pasar factura a Zapatero. Unas cifras de paro in crescendo, el descontento en Catalunya por el incumplimiento del desarrollo estatutario y las polémicas de Mariano Fernández Bermejo y Pedro Solbes son las causas del debilitamiento político de Zapatero.


Solbes  manifestó sentir envidia del dimitido Bermejo por no estar ya en el Gobierno. Parece difícil que desde el Ministerio de Economía se pueda aplacar la crisis, si quien tiene que dar más seguridad, se siente hastiado y desbordado. Solbes no estaba de acuerdo con las medidas económicas de cheques que le impusieron desde Moncloa.  Los ciudadanos no han notado que los bancos concedan más créditos después de las ayudas del Gobierno, ni ven todavía los beneficios de tanto gasto público. Al contrario, la ley de la dependencia, una de las más aplaudidas durante la anterior legislatura, ha quedado en agua de borrajas por falta de financiación.

Así, el voto de castigo y la abstención -favorable a los partidos de derechas-, son los principales obstáculos para el candidato socialista, Juan Fernando López Aguilar, en las próximas elecciones a la eurocámara. Además, téngase en cuenta que Aguilar es uno de los iconos de Zapatero, en el mejor y en el peor de los sentidos. Por un lado, es el responsable de la aprobación de la ley que permite casarse a los homosexuales y por el otro, es el antecesor de Bermejo. Se puede cuestionar la decisión de relevar a un ministro que tenía buenas credenciales para después llevarlo a Canarias como candidato, dónde fácilmente podía no ser presidente. Ahora, su candidatura al Parlamento Europeo parece más un favor que una gran apuesta.

 A tenor de la poca importancia que se le da a las elecciones europeas en España, que un político vaya a Europa es más sinónimo de retiro dorado o que no saben dónde meterlo, que de otras soflamas retóricas sobre la vocación europea del candidato.

Jaime Mayor Oreja, el candidato del PP, tampoco es que lo tenga nada fácil. Los populares no saben sacar rédito de las dificultades socialistas. Cuando está planeando la sombra del regreso de Rodrigo Rato a la política y el recuerdo de su reconocida gestión al frente del Ministerio de Economía, nombran a un candidato como  Mayor Oreja, asociado con el sector españolista del partido. 

En Catalunya las cosas van por otros derroteros. El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), a falta aún de candidato oficial, puede acusar también el desgaste de la crisis, pero con el rédito que le da haber sido pieza fundamental para que Zapatero siguiera en Moncloa. Ahora bien, parece que el PSC perderá muchos votos catalanistas de los obtenidos en los comicios de 2008 por un cierto descontento con Zapatero en la configuración del Gobierno y por el miedo a aprobar un buen sistema de financiación para Catalunya.

Gracias a la ministra de Defensa Carme Chacón, Zapatero podría recuperar la confianza de los ciudadanos. Es la ministra mejor valorada del Ejecutivo, por encima del mismo presidente. Cabe la posibilidad de que Zapatero remodele el Gobierno después de las elecciones europeas. Si prescinde de la ministra de Fomento Magdalena Álvarez  y Carme Chacón tiene un papel mayor en el Gobierno, el PSC podría mantener los votos. Se tendrá que ver también si los partidos pequeños mejoran los resultados respecto a las pasadas elecciones, ya que en las últimas se impuso el bipartidismo.

Es una incógnita si los perfiles de candidatos independientes de Tremosa y de Junqueras pueden favorecer a CiU y a Esquerra. Es una buena manera de intentar recuperar a los votantes catalanistas siempre que sean capaces de persuadir al electorado con un catalanismo útil en clave europea, huyendo de aquellos enfoques identitarios que provocan aburrimiento en el electorado. Por su parte, cabe ver si los electores  aprueban al Govern de la Generalitat  en la gestión de la crisis. José Montilla intenta contentar a los empresarios ya que en palabras suyas: “tendremos que trabajar más y no necesariamente para ganar más".

La estrategia de cara a las elecciones europeas de los socialistas parece clara: evitar que la oposición centre la campaña en el paro y que se lean las europeas en clave española. Los socialistas concentrarán su mensaje en la importancia de Europa y de hacer retroceder la deriva neoliberal de la Unión,  causante de la crisis.

Mientras tanto, habrá que ver que da de sí una cada vez más prometedora líder, todavía en Defensa.