El aumento de la población inmigrante en Cataluña ha impactado en los diversos sectores del tejido económico del país. A pesar de ser un colectivo poco valorado, es innegable que su presencia ha dinamizado la oferta y demanda de productos y servicios. Prueba de ello es el aumento de las importaciones de alimentos y artículos de ocio para el consumo de determinadas comunidades. En cuanto a su fuerza laboral, los inmigrantes están asumiendo los trabajos que tradicionalmente son rechazados por la población autóctona. De esta manera, es fácil encontrar a muchos inmigrantes empleados en sectores como la agricultura, la construcción y la hostelería. Y es que cada vez más, los empresarios, sindicatos y el Gobierno están favoreciendo la regulación de la inmigración legal fomentada en la contratación de origen. Estas son las facetas de un fenómeno social y económico que son analizadas en profundidad en estos trabajos.
Grandes cambios en la agricultura catalana
La mecanización del campo catalán lleva a una menor necesidad de mano de obra, que es brindada por la fuerza de trabajo de los inmigrantes.
Pakistanies: en búsqueda de una vida mejor
En el barrio barcelonés de El Raval, los pakistaníes forman parte de una comunidad que es vista como la más emprendedora y trabajadora por su gran variedad de comercios.
Un salvavidas para la hostelería
Pese a que el aumento de trabajadores inmigrantes reduce el déficit laboral del sector, los empresarios continúan con dificultades para hallar personal adecuado.
El negocio de la economía sumergida
En Cataluña, cerca del 25% de 240.000 contratos en la construcción corresponden a inmigrantes. Con el proceso de regularización se espera aumentar esa cifra considerablemente.
Trabajos con mala imagen social
Los trabajadores del Este son la nueva mano de obra en un sector tradicionalmente rechazado por la población local. Este colectivo es apreciado por su capacitación en el oficio.
Los laberintos de la inmigración legal
El proceso de regularización diseñado por el Gobierno Central ha traído más despidos que 'papeles'. Es una de las consecuencias de una apertura que pretendía eliminar la economía sumergida.
Un tercio de las solicitudes provinieron del empleo doméstico
Se calcula que en los últimos 10 años se ha duplicado el número de trabajadoras domésticas inmigrantes, y más de la mitad de este sector proviene de América Latina.
La inmigración, ¿un problema para la sanidad?
La inmigración ha acarreado serios problemas en la prestación sanitaria, ya que el estatus de los indocumentados podía haber acabado con el concepto de universalidad del servicio.