España ha sido un país de emigrantes, pero hoy se ha convertido en un destino atractivo para oleadas de extranjeros, algunos de ellos indocumentados, que provienen de diferentes continentes. La Península es vista como una plataforma de mayores ingresos y calidad de vida. Se calcula que actualmente hay entre 800 mil y 1.300.000 inmigrantes ilegales en España, de distintas nacionalidades, muchos de los cuales son de América. Las políticas de inmigración se han reorientado desde que tuvo lugar, en marzo de 2004, el cambio de gobierno del Partido Popular al Partido Socialista Obrero Español. El Partido Socialista ha visto el problema de la inmigración como uno de los grandes retos a afrontar desde su mandato.