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Los laberintos de la inmigración
legal
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Por Eva
Cervera, Illa Liendo, Andrea Wahr
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"Pago 10 euros al mes para tener la asistencia
de un bufete de abogados", aclara Luciana
Velarde. Ella es una peruana en España, un
país donde la maraña legislativa es imposible
de entender para cualquiera. Después de varias
modificaciones de la Ley de Extranjería llevadas
a cabo por el anterior gobierno del Partido
Popular, los socialistas han querido que cunda
su ejemplo. Pero el proceso de regularización
diseñado por el Gobierno Central, que finaliza
en mayo, ha traído más despidos que 'papeles'.
"En general, españoles, comunitarios y residentes
legales tienen preferencia para la ocupación
de un puesto de trabajo", aclara Pepa Gutiérrez,
Coordinadora de la Subcomisión de Extranjería
del Colegio de Abogados de Barcelona. Existen
distintas formas de regularizar a los inmigrantes.
La opción mayoritaria es la contratación a
distancia, a través de una solicitud expedida
por el empresario a las oficinas OTG (Oficina
de Treball de la Generalitat) en el caso de
Cataluña. Si la entidad encuentra un perfil
adecuado, comienza el proceso habitual: entrevista
de trabajo y aceptación o rechazo. Sólo"la
presentación de documentos cuesta 300 euros,
más 150 por la gestión de la OTG, más IVA",
dice Cristina, una abogada independiente que
no ha querido dar su apellido.
Si el extranjero quiere trabajar por cuenta
propia, el procedimiento es el mismo, pero
las tramitaciones las hará en su país
de origen. La legalización de alguien
que lleva tiempo en España se consigue
a través del arraigo laboral y social:
“permanencia acreditada de tres años,
contrato de trabajo y tener familiares que
residen legalmente en España. También
se ha de obtener un informe de inserción
social del Ayuntamiento de su localidad”,
explica Pepa Gutiérrez.
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Proceso de regularización
La regularización llevada a cabo por
el PSOE, “deja el proceso de la legalización
de extranjeros en manos de los empresarios”,
afirma Ghassan Saliba, responsable de inmigración
de Comisiones Obreras. La solicitud presentada
por el empresario es resuelta por la Subdelegación
de Gobierno. En caso afirmativo, el empresario
tiene un mes para dar de alta al trabajador
en la Seguridad Social. Si no, pasado este tiempo
sería desestimada. Desde que comenzó
el proceso, el plazo para presentar el papeleo
era de 3 meses. Ahora ya ha finalizado.
Cristina, que trabaja para algunas gestorías,
señala que “si el primero lo rompe,
ha de justificar los motivos. Si no los hay,
le sancionarían por despido improcedente
y no podría regularizar a ningún
otro ilegal. Si es el empleado el que incumple
el contrato, le quitarían la tarjeta
de residencia”. |
En el caso de las personas que trabajen en
el servicio doméstico, el mismo trabajador
ha de pagarse su Seguridad Social, como si
fuera autónomo. No es barato. Ni para
el trabajador, que paga unos 200 euros al
mes, ni para el gobierno. Como ejemplo, la
petición del Ayuntamiento de la Comunidad
de Madrid gobernado por el Partido Popular.
Ha solicitado al Ejecutivo 500 millones de
euros para hacer frente a este proceso de
regularización. Según el Gobierno
central, 700.000 inmigrantes han regularizado
su situación, pero se calcula que 850.000
personas se han quedado sin ‘papeles’.
El coste para la administración regional
es de mil euros anuales por inmigrante regularizado
si se le quiere otorgar una correcta asistencia
sanitaria.
Dice Ghassan Saliba que lo ideal hubiera
sido “modificar totalmente la Ley de
Extranjería, en vez de hacer un reglamento
sobre la base de algo que el PSOE consideraba
en su día inconstitucional”.
Pero a falta, de momento, de algo mejor, pide
“un reglamento más flexible,
para que la gente regule su situación
de forma progresiva, no durante un tiempo
limitado”. También pedían
eso los inmigrantes encerrados en distintas
iglesias y centros cívicos de Cataluña,
por lo que el Gobierno ha respondido: ha aceptado
la inscripción del censo para acreditar
su estancia en España.
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Abogados
y gestores
En España había, antes de iniciar
este proceso, 1.200.000 ‘sin papeles’.
Abogados y gestores luchan por ayudar a entender
lo que muchas veces las leyes hacen incomprensible.
Suelen tramitar los papeles a numerosas personas
que se sienten desamparadas. La abogada Cristina,
que trabaja para la gestoría Antonio
González, recuerda que “los gestores,
a pesar de no estar colegiados, siempre tienen
detrás un equipo de abogados colegiados
que actúan como asesores y hacen los
trámites.” Pepa Gutiérrez
apela a acudir a despachos de abogados, “pues
ofrecemos un servicio integral”. Un servicio
integral que tiene su coste. Las tarifas oscilan,
según la Web del Colegio de Abogados
de Barcelona, entre 150 y 250 euros por hora,
atendiendo solamente al tiempo de trabajo realizado.
En el mercado ilegal, un contrato cuesta unos
cuatro o cinco mil euros.
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Parece
que todo tiene un precio muy alto cuando se
trata de asesorar a una persona para conseguir
su estabilidad en un país diferente al
suyo. Que se lo digan a Luciana. Ella no ha
oído nunca que puede tener atención
gratuita, el servicio de abogados lo encontró
después de haber pagado grandes sumas
a gestores. Cada vez que va al servicio de asistencia
legal, sus amigos le piden que lleve consigo
preguntas para saber si ellos pueden resolver
su situación. Tiene cita en unos días
para hablar con su abogado. Ella trabajó
durante casi un año en un restaurante
del puerto olímpico de Barcelona como
camarera. Cuando llegó el momento de
pedir un contrato, entendió, tras varias
negativas y evasivas, que no lo tramitarían.
Según organizaciones de apoyo a inmigrantes,
las condiciones en el proceso ha producido el
doble de despidos que de regularizaciones. Ahora
ella tiene un nuevo trabajo, y según
le han dicho entra en el proceso de regularización.
Sabe que le quedan horas de colas y trámites,
pero ella se quiere quedar en Barcelona, así
que cruza los dedos mientras espera. |
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