"Quiero
que Cataluña tenga los mismos derechos que el resto de los países
de Europa"
por: Concha Alcántara López
Jordi Portabella
se aleja bastante del tipo de líderes de izquierda a los que
estamos acostumbrados. No es campechano, ni populista. Con su corte
de pelo a capas y su imagen cuidada parece más un burgués
que un revolucionario. Es frío y suele guardar las distancias
con la prensa. Sin embargo, cuando está con el ciudadano de a
pie algo cambia, es más cercano y natural, se libra de formalismos
y habla de tú a tú.
Su comienzo en política
fue tardío. Después de colaborar con movimientos sociales
durante su juventud, entró en Esquerra Republicana a los 26 años,
debido al llamamiento que hizo el partido en 1987 porque se encontraba
al borde de la desaparición. "Llegó un momento en
el que pensé que para poder seguir trabajando con la gente era
mejor la política", recuerda.
Jordi
Portabella
i Calvete
|
•
42 años
•
Nacido en Barcelona.
• Biólogo y Master en Ingeniería Medioambiental.
•
Tercer teniente de alcaldo Barcelona
• Casado, dos hijas.
|
A través
de su trabajo espera tener la máxima capacidad de transformación
de la sociedad. "Las prioridades son el tema nacional y el tema
social. Yo quiero que mi país, Cataluña, tenga los mismos
derechos que el resto de los países de Europa y, por otra parte,
quiero reforzar los derechos sociales que garantizan la libertad: soy
un defensor del estado de bienestar, que la gente tenga un acceso a
la educación, a la sanidad y a los servicios sociales".
Portabella es el
tercer teniente de alcalde de Barcelona desde 1999 y regidor del distrito
del Eixample, que es donde ha vivido toda la vida, primero con sus padres
y ahora con su mujer y sus hijos. "Estoy muy vinculado a este lugar
y tengo muchos recuerdos porque yo he crecido aquí". Sin
embargo, el Barrio Gótico es uno de sus preferidos: "es
muy singular". Piensa que, en general, la ciudad ha mejorado mucho.
"Está al nivel de las grandes capitales europeas. Ha sabido
trabajar bien".
Confiesa que su
vida es mucho más ajetreada ahora y que es difícil compaginar
la política con la familia. "Este trabajo es vocacional.
Hago un esfuerzo porque tengo dos niñas pequeñas, de 6
y 2 años". Dice que colabora en casa, "¡Y tant!",
pero reconoce que hace más su mujer.
No le ha sorprendido el movimiento social que hay en contra de la guerra.
"Barcelona es la Capital per la Pau porque tradicionalmente se
ha caracterizado por el rechazo a la violencia, ya sea al terrorismo,
ya sea a la violencia promovida por los Estados. Aquí eso de
la guerra no cuaja y no cuajará nunca."
Se define como disciplinado,
le gusta la música clásica, el rock sinfónico y
las películas de Woody Allen. "Las he visto todas",
asegura. Pero prefiere pasar sus ratos libres en lugares tranquilos.
Hace un balance positivo de sus cuatro años en un Ayuntamiento
gobernado por el PSC. "Creo que repetiremos. Durante este tiempo
hemos hecho un buen trabajo intentando solucionar los problemas de la
gente, que se notará y será valorado. Al menos eso espero."
De momento las encuestas le sonríen: a ERC le auguran un crecimiento
electoral de un 50 por ciento.