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Josep Lluís Carod-Rovira, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya
"El único tripartito que no le interesa a Catalunya es el de Convergencia i Unió y el PP"
Pol Foradada


El pasado domingo, la plana mayor ERC se dio un baño de masas en el Teatro Romea de Barcelona, en el acto central del partido de la campaña para las elecciones municipales del próximo 27 de mayo.

Ante unos pocos centenares de militantes, y después de una entretenida actuación de magia, el pase de los spots de campaña y una comedida presentación de Asha Miró, vino el turno de los parlamentos. Ocho miembros de la lista que explicaron cada uno una parte del programa sólo hacían que retardar un poco más las esperadas actuaciones de, por este orden, Jordi Portabella, candidato por Barcelona, Joan Puigcercós, secretario general del partido y Josep Lluís Carod-Rovira, presidente del mismo.

Tras la tradicional y monótona intervención de Portabella y el más jugoso -para los asistentes- discurso de Puigcercós, para cerrar el telón del teatro faltaba la siempre impredecible actuación de Carod, que sin duda no defraudó, ya sea a los más devotos o a los que esperan sus palabras con el lápiz afilado.

Centró su parlamento en continuos ataques al PP y a CiU, haciendo alusión al supuesto pacto al que llegarían ambos partidos en caso de que los resultados así lo hicieran posible, y llegó a la conclusión que "el único tripartito que no conviene a Catalunya es el que forman Convergència Democràtica, Unió Democràtica y el PP, y éste es el que frenaremos desde Esquerra ".

La lengua volvió a ser otro de los puntales en el discurso de Carod, poniendo esta vez el acento de la integración en la aprehensión del catalán. "La única forma de no discriminar a la gente que viene de fuera es hablándoles catalán, esto hará que no se sientan distintos", puntualizó, para luego preguntar retóricamente al auditorio "¿cómo queremos que aprendan nuestra lengua si nosotros mismos no la usamos al hablar con ellos?".

Pero, como no, no faltaron las pinceladas del humor característico del republicano que fueron las que más aplausos despertaron entre las butacas. El primero en recibir fue el ex presidente Aznar a raíz de sus polémicas declaraciones sobre la bebida y la conducción. El segundo, Miguel Sanz (presidente de Navarra, del partido Unión del Pueblo Navarro, "aliado del PP" se apresuró a remarcar Carod) afirmando que no respeta los límites de velocidad. "¡Vaya tropa!" exclamó sarcásticamente, "son un peligro público, no merecen pasar por delante de ERC en Catalunya!".

Sin embargo, el Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC) socio de gobierno de su partido en la Generalitat y en Barcelona también recibió algún dardo. Según Carod, la relación entre Catalunya y España "no es un gran negocio", pues la primera se dedica a pagar mientras que la segunda sólo extiende la mano para cobrar. "El voto de la izquierda catalana se tiene que repartir hacia ERC". De este modo, "cuando llamen desde Madrid al Ayuntamiento, no contestarán diciendo "mande", sino que Portabella responderá "digui".