El domingo 20 de mayo el Teatro Romea fue el escenario del último acto de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), antes de las elecciones municipales del 27 M.

Los partidarios más despiertos, en un día de mucho sol, se reunieron en la terraza ubicada frente al teatro para hablar de las propuestas del candidato Jordi Portabella.

Cerca de la hora del acto, se formaron dos colas delante del teatro. Las mayoría de los que esperaban para entrar tenían más de 50 años, lo que sería normal dada la baja participación de los jóvenes en actos políticos. La puerta del teatro estaba decorada por dos paneles interactivos en los cuales aparecía Jordi Portabella, candidato a la alcaldía, explicando sus propuestas para la Ciudad Condal.

El ambiente estaba tranquilo, distendido, las personas se saludaban, parecían conocerse y aquel fue un lugar de encuentro de ideas comunes. Jordi Portabella salió del teatro para saludar a los que esperaban, sudorosos, a que se abrieran las puertas. "¡Qué guapo está!", piropeaba al candidato una anciana.

El acto empezó con una actuación de un mago para relajar el ambiente político, generalmente cargado de confrontación, al menos en el plano de las ideas.

Además del aparato televisivo montado, el ambiente seguía tranquilo, como si todo ocurriera en el salón de casa. El teatro no tenía la típica decoración de los comicios con globos y carteles que saturaban los espacios; fue diferente: sólo había tres carteles con la figura del candidato local y, en el palco, dos pantallas de vídeo.

La simpatía estuvo presente a partir del primer momento, ya que la presentadora de los oradores fue Asha Miró, una escritora muy querida por los catalanes.