Por
Silvia Barnett Sánchez
Sí quiero... papeles
Los matrimonios de conveniencia o "blancos" se han
convertido en un fenómeno popular en países con grandes
flujos migratorios. Cataluña no podía ser menos. Casarse
por papeles es una tendencia en auge que crece a la
par que se endurecen las leyes que regulan el acceso
o la permanencia de la inmigración.
La mayoría de estos matrimonios se celebran a cambio
de una recompensa económica de aproximadamente 6.000
euros. La inmigración encuentra en la vía de la boda
una forma rápida y relativamente fácil para lograr
alcanzar el "sueño español". Numerosos extranjeros
contraen matrimonio con españoles para beneficiarse
de las consecuencias de poder pedir la nacionalidad.
La ley de divorcio aprobada en abril abre numerosas
incógnitas sobre las facilidades que ofrece a los
inmigrantes de poder casarse por la vía rápida. Tres
meses de matrimonio, un divorcio y papeles en mano.
Falta la aprobación del Senado, pero en cuanto esta
nueva ley entre en vigor la justicia deberá estar
alerta de las posibles "bodas por papeles" que se
puedan producir. Los matrimonios por interés son un
fraude difícil de probar. No se puede rechazar la
autorización de matrimonio a no ser que haya pruebas
tan contundentes que no den lugar a la menor duda.
Esto no es como en las películas. Hubo un film con
Gerard Depardieu -Green Card- en el que se contaba
con pelos y señales el procedimiento del matrimonio
de conveniencia. Incluso parecía un concurso de televisión
en el que se preguntaba hasta la marca de crema de
la supuesta mujer.
El método español no guarda ningún parecido con todo
ese tinglado. En Estados Unidos en cambio sí, les
va más todo el lío peliculero. Ahí hace falta simular
el enamoramiento hasta el punto de dar detalles que
oscilan desde los más íntimos al color de los visillos
elegido por la pareja. Hará falta besarse ante los
policías y afirmar ser activo en la cama, eso dará
muchos puntos. Si se desconoce la marca de champú
entonces sonarán las alarmas de alerta y el matrimonio
pasará a estar bajo máxima sospecha. En España es
fácil, apenas hay preguntas ni investigaciones. Es
muy difícil mostrar la nulidad de un matrimonio. El
año pasado se celebraron 20.000 bodas mixtas en España,
de las cuales alrededor de 200 se llevaron a juicio.
Todo un negocio se ha constituido alrededor de este
fenómeno. Agencias, páginas web… muchos sacan provecho
al negocio de las alianzas. Algunos se casan por dinero,
otros simplemente por ayudar a un amigo o como un
favor ante la disconformidad de las políticas migratorias.
En cualquiera de los casos los matrimonios por interés
crecen poco a poco. El escándalo de algunos por las
bodas homosexuales, un tema de lo más candente estos
días, resulta bastante curioso, cuando esos mismos
políticos saben que en cualquier iglesia se llevan
a cabo este tipo de matrimonios por interés. Mientras
las leyes de inmigración sigan endureciéndose muchos
van a ver en el matrimonio la única salida factible
para poder quedarse en España con la ley de su parte.
El matrimonio va dejando de tener importancia social,
fingir el amor para ayudar a un buen amigo supone
poco esfuerzo hoy en día. Las alianzas mueven mucho
dinero últimamente y para los papeles basta con un
"sí, quiero