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El "Top Manta": un personaje colectivo
Por Fabiola Pomareda, Ana Marín, Sigrid Juliá, Leandro Rodrigues

Están por todas partes y a la vez son los grandes desconocidos. Todos tienen la misma mirada de lince. Vienen de Bangladesh, Pakistán, África, Ecuador, entre otros. La imagen más familiar que uno tiene de los "top manta" es la de ellos colocando los CDs una y otra vez en la manta, así veinte veces al día.

Tienen entre 25 y 35 años. Cargan sus mochilas, en las que guardan su mercancía: CDs y DVDs piratas. Las "mantas" tienen que ser lo suficientemente pequeñas como para coger las cuatro puntas en un par de movimientos rápidos y salir corriendo si hay problemas. Venden CDs en las calles de Barcelona y son, en realidad, un personaje colectivo. Cuando llegan a la ciudad generalmente conocen a alguien que les introduce en el negocio. Son la cara visible de un delito.

El negocio
Según un estudio realizado por Mega Investment Business, las redes de la piratería musical que provee a los "top manta" gana al año €1 millón, libres de impuestos. Tiene 8 empleados fijos (sin contrato) y posee al menos tres locales en alquiler: uno sirve para copiar, otro para generar portadas y ensamblar los discos en sus carátulas, y el tercero para distribuir el producto. En cuanto a los DVDs, según la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual de la Obra Audiovisual (FAP), primero se graba la imagen de la película en una sala de cine, casi siempre estadounidense, y se pone a disposición de las redes ilegales en Internet. El sonido se capta después en una sala de cine español. Sonido e imagen se sincronizan a través de un programa informático. Cada copia se vende a unos €1.000 euros, aunque el precio varía según la demanda. Después, son redes menores las que las duplican y las distribuyen entre manteros, que las venden a menos de €10.

Los inmigrantes "jefes"
Debido a la presión policial, últimamente los vendedores ya no acuden al piso del proveedor. Ahora se citan por teléfono en un lugar en el cual recogen la mercancía. Hay unas veinte o treinta mafias grandes y otros muchos grupos menores. Los que dirigen el negocio son, según fuentes de la Policía Nacional y de la Guardia Urbana, principalmente pakistanís, hindús y chinos. El "top manta" sabe que en su mundo la primera regla es no hacer preguntas y no contestarlas. Él no maneja el negocio y posiblemente no sepa quién lo hace, sólo conoce a su "jefe". Su único problema es la policía.

El gato y el ratón
Un sábado a las tres de la tarde, hay vendedores en Plaza Catalunya. Están vigilantes. Miran a dos policías que se acercan a otro grupo y luego gritan a sus colegas. Es como si hubieran soltado a dos gatos en una ratonera. El 8 de abril el Consejo de Ministros aprobó el Plan Antipiratería - Plan Integral para la Disminución y la Eliminación de las Actividades Vulneradoras de la Propiedad Intelectual. "Esperamos que en pocos meses ya no veamos mantas por las calles", dice Eduardo Bautista, presidente ejecutivo de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).