Trabajo radio
Conferencias master
Trabajo televisión
 HOME > ELECCIONES MUNICIPALES> ERC > Propuesta> Entrevista > Historia > Perfil candidato
Perfil: Jordi Portabella (ERC)
El hombre orquesta
Fernando Santos

Jordi Portabella i Calvete (1961), actualmente, es segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona. Quizás por esta responsabilidad, en los últimos años ha formado parte de muchos organismos del ayuntamiento, lo cual le ha permitido llegar a ser un gran conocedor de la diversidad de asuntos y problemas que centran el día a día de una gran ciudad como es Barcelona.

Entre algunos de sus funciones en el ayuntamiento, ha sido presidente del consejo municipal del distrito de L'Eixample, presidente del Instituto Municipal de Mercados de Barcelona, presidente del Instituto Municipal del Paisaje Urbano y Calidad de Vida, consejero de Barcelona Activa, presidente del Zoo de Barcelona y responsable de la Política de Bicicleta en la Ciudad.

Al ver la variedad de aspectos en los que ha trabajado en su día a día, se entiende fácilmente cómo es posible que pueda hablar con soltura de casi cualquier tema relacionado con la ciudad. Está claro que los políticos suelen estar preparados para poder salir del paso y hablar de
cualquier cuestión, pero Jordi Portabella tiene una virtud que otros no tienen. Dejando aparte las convicciones políticas y las ideologías, es un político que, como ya he dicho, conoce la vida barcelonesa y, lo que es más importante, propone soluciones a los problemas. Se puede estar de acuerdo o no con las soluciones, pero al menos las propone, cosa que no hace la mayoría.

Este licenciado en Biología por la Universitat de Barcelona y especializado en Ingeniería Ambiental por la Universitat Politécnica de Cataluña, casado y con dos hijas, parece un hombre tranquilo, afable, pero también calculador. No deja que se le escape ningún detalle cuando sabe que ha de dar una imagen al público -no admite que le fotografíen fumando, aunque lo haga entre la gente de su partido-.


Desde la tribuna de un mitin parece tener la solución para todo, aunque algunas de sus ideas puedan resultar en ocasiones un tanto románticas o utópicas -como la reactivación a nivel internacional del Consell de Cent-. Su voz grave borra esa primera imagen de simpatía que despierta cuando se ve cómo les pide un beso a sus hijas antes y después de subir a la palestra y uno se siente en un ambiente de seriedad cuando desgrana uno por uno los puntos fuertes y débiles de Barcelona, imprimiendo mayor o menor fuerza a sus palabras en función del momento del discurso.

De acto en acto, en ese no parar en el que se sumergen los políticos ya desde la precampaña, se le ve un hombre ajetreado; uno ya no sabe si su voz es ronca por naturaleza o de tanto hablar, ya que no para entre discursos, las llamadas al móvil y la atención a la prensa. Independientemente de afinidades ideológicas, se presenta como un hombre con el que sería agradable y constructivo tomarse un café o una caña y charlar sobre la ciudad de Barcelona.