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Entrevista a Jordi Portabella, candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona
Hay que apostar por la mezcla
Pol Forada Felip

Esquerra Republicana de Catalunya afronta estas elecciones municipales en Barcelona con el reto de estar presentes en el Ayuntamiento por tercera legislatura seguida. El candidato, Jordi Portabella, aprovechó en el barrio de Sant Andreu su último acto público como responsable del Institut del Paisatge Urbà antes del inicio de la campaña electoral, para valorar alguno de los aspectos más destacados del pasado, presente y futuro de la ciudad.

¿Cómo calificaría esta legislatura?
El mandato ha estado marcado por dos grandes aspectos. Por una parte, se ha mantenido la inversión, pero se ha pasado de los grandes eventos a  los más pequeños. Es decir, el dinero que se había destinado al Fórum se ha traspasado a obras de detalle. Paralelamente, ha habido un cambio de sucesión que no ha gustado a la gente.

Se refiere al cambio de alcalde, supongo…
Sí, efectivamente.

¿Cómo se ha notado este cambio desde el Ayuntamiento?
¿Te tengo que decir la verdad? (se ríe). Generalmente las sucesiones se diferencian poco entre el sucesor y el predecesor.

La polémica cesión del Castell de Montjuïc, ¿puede afectar al tradicional pacto entre PSC, ERC e ICV?
Los pactos se basan en el respeto, la corresponsabilidad y en no atribuirse lo que a uno no le toca. Lo que hay que reforzar para dar continuidad a los gobiernos de coalición es la relación entre los partidos. En el momento en el que ésta se altera, se genera una distancia. También es cierto, pero, que hay que generar más de una distancia para romper acuerdos históricos, que en el caso de nuestro tripartito lleva ocho años. Son PSC e ICV los que llevan 28 años juntos, aunque a veces hay gente que piensa que somos los tres los que estamos desde el principio.

¿Qué puntos débiles tiene Barcelona?
Se está encareciendo excesivamente. Esto dificulta el acceso a servicios fundamentales como la vivienda, sobre todo para los jóvenes, aunque a la vez también dificulta el mantenimiento de la vivienda a la gente mayor. La riqueza de la ciudad no penetra hacia la ciudadanía de forma adecuada.

Barcelona es una ciudad de acogida, ¿cómo se debe afrontar la inmigración para que no se convierta en un problema para todos los implicados?
Se tiene que afrontar como una única ciudad y sociedad. Hay que apostar por la mezcla y el interculturalismo. Los sitios donde se apostó por barrios de chinos, de pakistaníes, de ecuatorianos,… en definitiva, por el multiculturalismo en forma de guetos, han fracasado. Barcelona tiene que basarse en la mezcla de personas y de usos; es decir, evitar barrios que, por ejemplo, queden vacíos al acabar el horario de oficinas o comercial. Debe ser una ciudad de contacto, densa, contínua, en la que haya vivienda, comercio, trabajo y ocio en el mismo entorno.

¿Qué tiene que pasar el día 27 para que Portabella sea alcalde?
No se trata de lo que debe pasar, sino de lo que pasará: que seré alcalde. Tenemos que llegar a ser necesarios y suficientes. Esto implica aritméticamente poder gobernar y que sin nosotros sea imposible. Si yo, y sólo yo, doy la mayoría, exigiré la alcaldía compartida. Esto no está tan lejos, puesto que la mayoría está en 21 concejales: PSC tiene 15 y nosotros e IVC 5 cada uno. Sin PSC llega a 21 sólo con nosotros, se dará esta situación. 

Una apuesta sobre el número de regidores…
Estaremos entre los 6 y 7.

Rafaela Asín
Eloi Ribé
Nuri Cuní