La
guerra desvía a los turistas europeos a las playas españolas
por:
Monste Sitjà
(25 marzo del 2003)
La guerra en Irak ya ha estallado. Con la caída de las primeras
bombas en las economías de todo el mundo, incluida España,
ya se sienten los efectos del miedo y la cautela. Las bolsas empiezan
a inquietarse ante la incertidumbre de los efectos y la duración
del conflicto. Los analistas aseguran que cuanto más larga sea
la guerra peores serán las consecuencias económicas en
la mayoría de países.
En el sector de
las aerolíneas es donde más se teme cómo pueda
desarrollarse el conflicto en Oriente Medio. El presidente de la Asociación
Española de Compañías Aéreas (AECA), Felipe
Navío, considera que "aún no ha transcurrido tiempo
suficiente para hacer una valoración objetiva" de los efectos
de la guerra de Irak, pero ha anunciado que en los próximos días
los responsables de las compañías aéreas mantendrán
una reunión para valorar las incidencias del conflicto sobre
el tráfico turístico.
De momento, Iberia
está estudiando reducir en un 3% sus vuelos, sólo un mes
después de haber rebajado otro 4%, para adaptarse a la menor
demanda. La aerolínea que preside Xavier de Irala ha decido mover
rápidamente la ficha de la reducción de costes para mantener
los buenos resultados económicos del ejercicio anterior. Y es
que, aunque Iberia apenas tiene vuelos con la zona del conflicto, es
consciente que el sector puede caer en una grave crisis.
En este sentido,
el director general de la Asociación Internacional de Líneas
Aéreas (IATA), Giovanni Bisigniani, ha declarado que la guerra
provocará pérdidas de hasta 10.000 millones de euros a
las compañías aéreas internacionales. Estas malas
perspectivas deberán sumarse a 30.000 millones de euros perdidos
a raíz de los ataques terroristas del once de septiembre de 2001.
Cambios
en el sector
El inicio de la guerra llega en un momento de transformación.
El sector del turismo ha tenido un importante cambio de comportamiento
en los últimos dos años, con un notable aumento del turismo
interior y un descenso del internacional. Esto se debe a dos factores
principales: los actos terroristas perpetrados con la ayuda de aviones
secuestrados, que han aumentado el miedo a volar, y la depresión
económica en Europa y Estados Unidos, que ha obligado a reducir
la parte del presupuesto familiar dedicada a las vacaciones.
Francisco Carnerero,
vicepresidente de la Associació Catalana d'Agències de
Viatges (ACAV), apunta que los representantes de las agencias de viajes
prevén que el actual conflicto pueda empeorar el sector del turismo
español que viaja hacia el extranjero, pero en ningún
caso el turismo interior o el llegado desde otros países. "La
gente no dejará de viajar, lo que puede pasar es que en lugar
de ir a Turquía vayan al Pirineo o a ver la Semana Santa sevillana",
opina Carrerero. Lo que sí es cierto es que las ventas de viajes
al extranjero para la próxima Semana Santa observan un descenso
de entre el 15% y el 20% respecto a las mismas fechas del año
pasado, mientras que según la Cúpula Asociativa de Agencias
de Viajes Españolas las ventas de los destinos más próximos
a Irak, como Turquía, Egipto o Túnez, han caído
entre un 30% y un 50%.
Todo indica, entonces,
que será el aumento de reservas a España de los ciudadanos
españoles y europeos que habían previsto ir de vacaciones
a zonas próximas al conflicto lo que evitará el estancamiento
del sector turístico español.
La Generalitat de
Cataluña prevé que el número de turistas que visitarán
el territorio catalán por Semana Santa sea similar al del 2002,
ya que el posible descenso de turistas extranjeros se compensará
con el turismo español. De hecho, los visitantes nacionales son
los principales clientes en estas fechas. Según el director general
de Turismo de la Generalitat, Xavier Civit, donde más se nota
la actual situación de incertidumbre es en las reservas, que
han disminuido, aunque asegura que "esperar hasta el último
momento ya se ha convertido en algo habitual."
Los operadores turísticos
franceses han decidido suspender los viajes y paquetes destinados a
distintos países del Próximo Oriente, como consecuencia
de la guerra. La Asociación de Operadores Turísticos,
que representa el 80% del sector en Francia, ha optado por anular las
salidas a Jordania, Siria, el Líbano, el Yemen y Qatar. Al mismo
tiempo estudia mantener los viajes con destinos como Egipto, Túnez
o Turquía. Hasta el momento no se ha fijado un límite
temporal a la suspensión y se prevé que un gran número
de los turistas franceses que habían decidido pasar sus vacaciones
veraniegas en las zonas cercanas al conflicto elijan pasarlas en España.
Las islas Baleares
y las Canarias son algunos de los nuevos destinos escogidos por centenares
de turistas alemanes que habían optado por viajar a Turquía,
Túnez o Egipto, países que ha empeorado su seguridad a
causa de la guerra, según representantes del tour operador TUI.
Esta empresa registró en un solo día, después del
inicio del conflicto, 400 peticiones de cambio de destino. Los clientes
que renunciaron a sus destinos originales optaron básicamente
por los dos archipiélagos españoles. En los dos últimos
años la crisis económica en Alemania había reducido
el turismo alemán en España. Los representantes de las
agencias de viajes esperan que ahora pueda recuperarse una clientela
que tradicionalmente siempre ha sido fiel a las playas españolas.
El panorama en Gran
Bretaña es un poco distinto, según Joan Romero, delegado
de Turismo de Cataluña en Londres. Los últimos datos de la federación
de las agencias de viajes británicas (ABTA) indican que España
es de los destinos de "sol y playa" que mejor está
funcionando en los últimos años. "El deseo de viajar
se mantiene a pesar del clima político en Gran Bretaña.
Situaciones como la Guerra del Golfo demostraron que aunque las reservas
se redujeron durante los ataques, se recuperó la normalidad una
vez acabado el conflicto", indica Romero.