El negocio de la posguerra
por: Juan Ruiz

Varias empresas norteamericanas, incluida una vinculada a Cheney, ya cuentan con jugosos contratos para la reconstrucción de Irak.

(25 de marzo de 2003) La reconstrucción de Irak será cara, la ONU apenas participará en ella y una empresa anteriormente dirigida por el vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney, sacará enormes beneficios. Estas parecen ser las únicas certezas del programa que la Administración norteamericana está organizando para el Irak posbélico.

Según un informe preparado por el Consejo de Relaciones Exteriores, un centro norteamericano de politología, el coste será de al menos 20.000 millones de dólares al año. Irak: el día después, es el primer estudio que hace una estimación del importe económico de la creación del nuevo Irak conforme a los planes de la Casa Blanca. Este programa deberá realizarse con la protección de no menos de 75.000 militares, encargados de mantener la paz y disuadir el estallido de conflictos entre los distintos grupos Irakuíes. Pero, como indica el informe, "si las necesidades de tropas son mucho mayores de 75.000 -una auténtica posibilidad- se necesitará una financiación mucho mayor".

Estados Unidos cuenta con que no va a tener el nutrido apoyo financiero que la comunidad internacional le prestó en la guerra de 1991. Entonces, terceros países como Alemania y Arabia Saudí cubrieron el 90% del coste, alrededor de 54.000 millones de dólares. Pero la reconstrucción del país será pagada en esta ocasión casi exclusivamente con dinero norteamericano, que a su vez irá a parar a empresas también estadounidenses.

El pasado mes de febrero, la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) remitió a varias empresas un contrato en el que se propone "realizar diseño, rehabilitación, reconstrucción y construcción en Irak de un puerto, cinco aeropuertos, sistemas de alumbramiento, redes de carreteras y ferrocarriles, servicios de depuración de agua, servicios de salud y educación, determinados edificios gubernamentales y sistemas de regadío". Según el diario norteamericano The Wall Street Journal, USAID adjudicará, en coordinación con el Pentágono, contratos a empresas estadounidenses por un valor de entre 600 y 1.500 millones de dólares para la reconstrucción de la infraestructura Irakuí.

En este sentido, el cuerpo de ingenieros del ejército norteamericano ya ha adjudicado las obras de construcción de carreteras y cuarteles militares a varias empresas norteamericanas. Aunque estas firmas podrán subcontratar con compañías extranjeras -incluidas las españolas-, el monopolio estadounidense ha provocado un "fuerte malestar" entre el empresariado británico, según la revista The Economist.

Entre las compañías que harán negocios en el Irak de posguerra, figuran el Brechtel Group, la Parsons Corporation, el Louis Berger Group y la Fluor Corportation, todas empresas que han donado importantes cantidades a las campañas del presidente George W. Bush. También estará Kellog Brown & Boot, subsidiaria de Halliburton, la firma que presidió Dick Cheney hasta su llegada a la vicepresidencia de EE.UU.

Halliburton no es una recién llegada en este tipo de tareas. La Administración norteamericana ya le encargó el año pasado la construcción de los centros de detención de la Bahía de Guantánamo, en Cuba, donde se encuentran detenidos cientos de presuntos terroristas sin ninguna acusación concreta. Además, está siendo actualmente investigada por supuestas maniobras contables ilegales realizadas durante la etapa en que Cheney era presidente.

Y las empresas españolas, ¿ganan o pierden?

 
 
inicio   |  editorial  |  ¿quiénes somos?   |   Máster BCNY © 2003