Bajo el empuje de dos locomotoras: turismo y construcción
por: Ana María Rosas Peña
foto: Diego Calderón

Los puestos de trabajo se han incrementado en un 13%, pero muchos se deben sólo al dinamismo de la construcción de nuevas viviendas. El AVE y la ampliación del aeropuerto del Prat son los dos grandes retos del próximo alcalde.

Barcelona es la ciudad más visitada de España y desde 1992, año de los Juegos Olímpicos, hasta la fecha, el número de turistas se ha incrementado en más del 300%, según cifras del Ayuntamiento. Esto ha hecho que se amplíe la oferta hotelera y el número de pasajeros en el aeropuerto, pero pese a ello las autoridades y los analistas coinciden en que ese no ha sido el único motor de crecimiento en la ciudad condal.

En la ciudad de Gaudí también han crecido los sectores calificados de la tecnología y la transformación urbana ocupa un sitio muy importante. Por ejemplo, la ciudad se ha convertido en un centro de investigación biomédica, incluso por encima de Madrid, con importantes inversiones en el Hospital Clínic y el Hospital del Mar. Al mismo tiempo se han firmado otros convenios de cooperación con universidades como la Autónoma y la Pompeu Fabra.

El AVE y el Prat
El AVE tendría que llegar a Barcelona en el 2004, pero existe retraso en el inicio de la obra y esto va de la mano con la ampliación del aeropuerto del Prat. Precisamente, existen recursos para ampliar la terminal aérea (350.000 millones de pesetas), pues se prevé que muy pronto tendrá 90 aterrizajes o movimientos por hora, esto es 40 millones de pasajeros al año. El reto de las autoridades ha sido que al Prat lleguen vuelos intercontinentales, pero en esto contará mucho el apoyo que brinde la Generalitat.

En cuanto a las inversiones en el metro, los niveles de crecimiento son entre el 2,3 y el 2,7%, por lo que la necesidad de ampliar su actual cobertura es muy importante, pues considerando el plan de cercanías, el sistema transporta 1 millón de pasajeros al año, mientras que Madrid, con la misma población, transporta 2 millones de personas.

Vivienda
Lo cierto es que Barcelona se ha convertido en una ciudad post industrial, a decir del actual alcalde Joan Clos. Actualmente se han construido nuevas edificaciones donde antes había fábricas y es por ello que, sin desaparecer los solares, en Barcelona se pueden construir nuevas viviendas.

Sin duda uno de los asuntos que más preocupa a los habitantes de Barcelona es el alto precio de las viviendas. Este es un tema de actualidad, pues en las últimas semanas se han iniciado investigaciones sobre posibles actos de lavado de dinero en este sector. La burbuja se inició hace dos años y desde entonces no ha parado. A esto se suma que la mayor parte de las nuevas viviendas son para propiedad, lo que genera una falta de oferta de pisos de alquiler. Por ello, se debe mantener la inversión en las hipotecas, pero también se debe recuperar y aumentar la subvención al alquiler, que se ha quitado de los proyectos de leyes fiscales.

Existe mucha demanda, principalmente de parejas jóvenes, que pueden acceder a vivienda, sobre todo si bajan los tipos de interés. Pero a pesar de todo lo anterior, la economía en Barcelona ha entrado en un periodo de crecimiento bajo. Para hacer frente a esa inercia, la principal apuesta del gobierno de Clos en este momento es insistir en invertir en infraestructura, para lo cual se impulsan las obras del 22@.

Comercio
Hasta ahora la posición del gobierno de la Generalitat en el ámbito comercial ha sido muy favorable al pequeño comercio. En Cataluña se ha creado un tribunal de competencia que analiza los horarios de apertura de todos los comercios para limitar sobre todo el avance de las grandes tiendas que pretenden abrir todos los días y a toda hora. Sin embargo, los barceloneses han cambiado las formas de consumo y la cesta de la compra. Ahora muchos acostumbran hacer la compra para una semana. Por eso han tenido tanto éxito los centros comerciales y cada vez es más difícil mantener el esquema tradicional de comercio.

Poco margen de maniobra en las Comunidades Autónomas

El margen de gasto que tiene cualquier gobierno autonómico en España siempre es limitado porque las grandes variables económicas están controladas ya sea por el gobierno de Madrid o por el Banco Central Europeo.

Jordi Baccaria, economista por la Universidad Autónoma de Barcelona y titular de estudios europeos del Instituto Tecnológico Autónomo de México, explica que la parte del presupuesto que toca a los gobiernos autónomos es mínima. Por ejemplo, la construcción del AVE que corresponde a Barcelona no depende del gobierno catalán sino de las autoridades centrales y lo mismo ocurre con el proyecto de ampliación del aeropuerto.

Las grandes redes de comunicación y las telecomunicaciones también competen directamente al gobierno central. Estos aspectos siempre limitan el ejercicio económico de una autonomía. Lo cierto es que hoy Barcelona tiene una de las tasas de paro más bajas (6,8%) aunque la inflación es mayor respecto a otras ciudades españolas, pero esto se debe al crecimiento que ha tenido la ciudad. Hay que tomar en cuenta que Barcelona ha sido exitosa en otros aspectos como en la educación y la sanidad.

Para Baccaria, en el ámbito del estímulo empresarial existen algunos temas que no se han desarrollado correctamente porque hace falta un mayor vínculo entre las universidades y el desarrollo tecnológico.
En lo que se refiere a los impuestos, la parte normativa del gobierno catalán es muy pequeña. Estos ingresos corresponden principalmente a impuestos sobre el juego, el impuesto sobre gasolina y el impuesto sobre la renta. Y aunque existen otros tributos locales, como el impuesto sobre bienes inmuebles, resultan mínimos.

El economista considera que si llega al poder un partido de izquierda se orientará hacia políticas sesgadas en acciones de bienestar para grupos sociales determinados. Por ejemplo, en el caso de la educación pública se podría subsidiar menos la escuela concertada con mayores apoyos a las opciones de escuela pública. Sin embargo aquí surge otro problema, pues muchas familias se niegan a llevar a sus hijos a escuelas públicas porque cada vez hay más hijos de inmigrantes en estros centros.