“Los medios de comunicación
son el alma de la democracia moderna”, expresó
el periodista y profesor estadounidense Jerry Starr. El público,
originario de varios países (entre ellos había
numerosos compatriotas del conferenciante), pensó que
si Starr estaba en lo cierto, los norteamericanos se están
privando de una gran parte del espíritu democrático.
Esta fue la base del diálogo “Concentración
en EE.UU.”, uno de las conferencias sobre Información,
Poder y Ética en el siglo XXI.
El panel estaba formado por
cuatro periodistas destacados de la prensa alternativa, como
Rossana Fuente-Berain, subdirectora de la revista Foreign
Affairs edición español; Tai Moses, subdirectora
de Alternet; Danny Schechter, director de Media Channel, así
como Jerry Starr, fundador de Ciudadanos para una Prensa Pública
Independiente. Juntos dibujaron un retrato oscuro del estado
de la información actual en Estados Unidos, que atraviesa
un continuo proceso de concentración.
Tras citar algunos de los
grupos más poderosos, como AOL Time-Warner, Viacom
y la compañía alemana Bertelsman (la única
de propiedad europea), Fuentes-Berain prestó mucha
atención a Rupert Murdoch de Fox, un magnate derechista
que se enriquece gracias a “dominar las figuras en la
mente de la gente norteamericana”. “Es el nuevo
Hearst” del mercado, lo calificó Fuentes-Berain,
quien señaló que los estadounidenses obtienen
su información de la cadena Fox dos veces más
que de CNN. La periodista también ridiculizó
el comercio de Murdoch, llamándolo “pechos y
biblias”, en referencia a su serie de empresas que por
un lado explotan el cuerpo femenino y por el otro vende 7
millones de ejemplares al año del libro santo cristiano.
Tai Moses añadió
unas pinceladas brillantes a este retrato sombrío,
al enumerar las muchas historias con éxito de las publicaciones
de carácter progresista, étnico y digital que
están floreciendo en la nueva prensa underground estadounidense.
Sólo en California, su tierra natal, ya existen alrededor
de 1.000 diferentes medios de comunicación originarios
de distintas culturas, desde Bangladesh o Rusia hasta la Republica
Dominicana. Estos pequeños centros “DIY”
(por Do It Yourself, Hazlo Tú Mismo) llenan las portadas
con noticias que reflejan la vida cotidiana de estas comunidades
en vez de cederlas a los que dominan los medios, comentó
Moses.
Sin embargo, su optimismo
provocó una reacción escéptica por parte
de un sector de la audiencia. “¿No será
que esta prensa alternativa está sujeta a su vez por
otros intereses sociales y políticos?”, planteó
un oyente desde el fondo de la sala. Aunque fuera una pregunta
sin respuesta, varios ponentes la aceptaron, contestando que
si uno tiene que elegir entre los medios conservadores y los
alternativos-progresistas, para estos periodistas la elección
estaría clara.
Este diálogo animó
a los asistentes para que continuaran creando y apoyando a
los medios alternativos ante la concentración informativa.
Quizás, pensaron varios, podría ser un paso
hacia la salvación del alma de la democracia norteamericana.
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