P: Inmigración y criminalidad, ¿cómo desmontar la asociación?
R: En estos momentos de globalización y crisis hemos visto manifestaciones en Gran Bretaña pidiendo trabajo primero para ingleses. En España está pasando igual. El hambre y la necesidad hacen que la gente criminalice algunos hábitos. Esto solo se puede zanjar haciendo una política común en el ámbito europeo pero con una difícil y compleja cooperación con los países de emigración.
P: ¿Existe esa cooperación?
R: Es complicado porque en derecho internacional puede comportar un problema de intromisión a los asuntos internos del estado. Una cosa son los convenios para regularizar la devolución, otra cosa sería la cooperación de gran envergadura. No se pueden poner en estos momentos vallas al campo.
P: ¿Qué quiere decir?
R: En el más recóndito de los rincones del Sahara, Mali, Burkina Faso o Bangladesh saben quién es Raúl, quién es Eto’o y quién es Bojan. Lo ven en la tele cada día, y también ven que nuestras neveras están llenas.
P: El sueño europeo.
R: Claro. Y no les podemos decir, No ustedes no vengan, porque ustedes no son de aquí y nuestra riqueza es sólo para nosotros. Esto ni se comprende, ni se acepta, ni se tolera. Si no, no se entendería un hecho que humanamente es imposible de entender: ¿cómo una mujer en gestación sube a una patera? Porque no puede perder nada más que la vida, que lo es todo, pero no es nada.
P: ¿Europa tiene que avergonzarse de…?
R: Nada. Pero sí que tiene una deuda con. En España todos tenemos en nuestras casas y familias gente irregular: ¿quién cuida nuestros enfermos? ¿nuestros hijos? ¿quién cultiva nuestras ensaladas? Personas inmigrantes. No todos son irregulares, pero muchos de ellos sí.
P: ¿Se puede frenar el sueño europeo?
R: Primero, hay que convencer de que esto no es la panacea para todo el mundo. Segundo, la UE debe llevar a cabo una acción exterior global porque no tiene fronteras internas. El combate de la inmigración irregular debe ser para que la gente venga identificada, con papeles y con trabajo.
P: ¿Se administra bien el presupuesto para la inmigración de la UE?
R: Creo que sí, pero, en España se hace política con la extranjería y no política de extranjería. Quien tiene el gobierno intenta mediatizar el tema. No hay una política de estado, y debería haberla. No puede ser una política de confrontación. Además, quién sufre más el efecto de una inmigración desorbitada son los ayuntamientos, quienes tienen menos recursos.
P: Canarias se ve desbordada en España, en Italia también lo parece Lampedusa.
R: Es verdad que están desbordadas. Pero curiosamente, más que por cayucos, la mayoría llega por avión desde América o Europa del Este. Y hay una cosa aún más importante. Están mejor organizadas las mafias que la Unión Europea. El gran reto de la Unión Europa, y España entre ellos, es una lucha eficaz contra las mafias. Trafican con gente, y la gente es más productiva que la droga.
P: ¿Más productiva?
R: Sí. La gente es más segura que la droga. Funciona como en los grandes almacenes: cobran en efectivo y pagan a plazos. Las mafias cobran al salir y si llegan o no da igual. Además, si consiguen llegar pueden extorsionar no solo a los que están aquí sino a los familiares en sus lugares de origen. La UE tiene claro que hay que luchar contra esto.
P: ¿La directiva de retorno facilita esa lucha?
R: Estos centros de internamiento son cajas vacías que sirven para retener a una persona para llevársela, si es que pueden llevársela. Simplemente están ahí mientras se tramita la expulsión, que a veces no se llega a producir. Porque el país de origen ni el país europeo pueden pagar el traslado. Al final, acaban con un bocadillo en la calle. Si no se les puede expulsar después de los 18 meses, o 40 días en España, ya no se les puede retener porque no han cometido ningún delito.
P: ¿Qué futuro le espera a esta persona?
R: Se queda en la calle. Sin papeles. Y esto las mafias lo saben. Nosotros también lo sabemos, y no somos mafias. Pero lo fomentamos.
P: ¿Por qué?
R: Porque necesitamos a esta gente.