porque Rusia se juega mucho más que tratar de condicionar a Europa con un monopolio de la energía. Europa depende del gas ruso, pero Rusia depende de los mercados europeos. Hay interdependencia.

P.¿Se sabe cuándo se acabará el petróleo?
R. Nos hemos quedado en los treinta años, cada treinta años dicen que quedan treinta. La realidad es que de los pozos se extrae entre un 5 y un 10% menos cada año, satisfacer la demanda de los países emergentes como China supone extraer cuatro millones de barriles más cada año. Estamos cerca de lo que llaman peak, el momento en que va a haber menos  extracción de petróleo. Pero en definitiva la era del petróleo no terminará porque se haya acabado el petróleo, como no se acabó la edad de piedra porque se acabaran la piedras.

P. Desde hace años en las noticias dicen que el coche eléctrico ya está aquí. ¿Pero por qué no lo vemos en las calles? ¿Hay presión de los lobis petrolíferos para que no se acabe de invertir en él?
R. Esta es la típica teoría conspirativa. Es cierto que las compañías petrolíferas no son muy proclives a hacer una revolución energética, pero tampoco las automovilísticas. Por otra parte, se necesita un cierto nivel de riesgo de los gobiernos y la tecnología adecuada para hacer estos cambios culturales. Estamos en un buen momento de transición. Hay que aprovechar la crisis para implantar el coche eléctrico.

P. ¿La Unión Europea apuesta por las renovables o es retórica de los gobiernos para contentar a los sectores ecologistas?
R. La UE lidera todo lo que concierne al cambio climático, ya que se está intentando legislar unas reglas y unas estrategias comunes para combatirlo. Así que, existe consenso en que el modelo no es sostenible. Por eso la UE ha aprobado la ley más rigurosa sobre el nivel de emisiones de CO2 de los coches.

P. ¿Hay una política europea común energéticamente?
R. Hay que distinguir la Unión Europea de los estados que la forman. A nivel europeo no se puede decir que haya una unidad en materia de energía, ni que vaya a haber un modelo único. La energía es todavía una competencia muy vinculada al estado.

P. ¿Va a haber algún país de la Unión Europea que tire del carro en materia energética?
R. No, porque cada país tiene sus necesidades. El consumo depende mucho del modelo económico y de la historia de cada país. El Libro Verde de la Energía aprobado por la Unión persigue, entre otras medidas, que el 20% de la energía que consumimos venga de renovables.

P. ¿Cómo se puede conseguir esto si no hay una política energética común?
R. Lo que hay es el compromiso de que la media de todos los países sea de un 20%. Cada estado tiene un objetivo nacional, el de España es del 20% precisamente. Los países nórdicos tienen objetivos mayores.

P. ¿Qué significa que Estados Unidos se haya interesado en la gestión española de energías renovables?
R. Desde el punto de vista político las energías renovables han empezado a ser una más. Con la administración Bush estaban un poco de lado y con Obama se va apostar por las energías renovables para no depender tanto del petróleo.  Para Europa es una suerte porque es un mercado más, porque llega un momento en que los mercados se saturan. Además, no puedes poner parques eólicos en todas partes.  

P. ¿Con este panorama, por qué se duda si invertir en nucleares o en renovables?
R. La paradoja española es que es de los países más incumplidores de toda Europa en los objetivos de Kyoto. Esto sucede porque ha coincidido el periodo que se firmó el tratado con el de mayor expansión económica. Hay un baremo para medir la cantidad de energía que necesitas para producir una unidad de PIB. Pues, todos los países han mejorado su eficiencia para aumentar su producción, España no. Cada año necesitaba más energía para producir más.

P. ¿Todavía estamos así?
R. Se ha empezado a parar ahora esta tendencia. Por tanto, se necesita reestructurar aquellas cosas que puedan mejorar la eficiencia energética: fugas, redes, industrias obsoletas, el transporte o el crecimiento demográfico.

P. ¿Con la crisis han aumentado o se han parado las inversiones?
R. Con la crisis todo se paraliza. Hay miedo de que se paralicen las inversiones y que cuando vuelva a subir el precio del petróleo no estemos preparados. Pero en los mercados de energías renovables es donde mayor seguridad hay a nivel de inversión, por lo menos en España.

P. ¿Cuál es la situación de las nucleares?
R. España es con Alemania de los países donde ha habido moratoria nuclear. Hay muchas voces críticas como la del Foro Nuclear e incluso por parte de una comisión de estudio del Gobierno de Zapatero. Joaquín Almunia es partidario de la energía nuclear.

P. ¿Es contradictoria la política energética española?
R. Depende de si se piensa que podemos bastarnos con las energías renovables o no. El problema que tiene España es de credibilidad porque está bien decir que las nucleares no son parte de la solución, pero resulta que España ya es un país nuclear. Hay que tomar decisiones sobre el tema de los residuos. Se necesita un centro de residuos centralizado.

P. Veo que usted no es contrario del todo a la energía nuclear.
R. No. Creo que existe la tecnología y los mecanismos de tipo político para que sea una energía segura. El problema del cambio climático es muchísimo mas importante a corto plazo. Estoy seguro que en 100 años tendremos la tecnología suficiente para resolver problemas que van aparejados con la energía nuclear.