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Sin dinero y sin sexo

La crisis golpea al oficio mas antiguo del mundo

Arturo Sánchez

Se dice que es la profesión más vieja del mundo y, aunque no hay datos científicos para comprobarlo, lo que sí se sabe con certeza es que la crisis también la ha golpeado con fuerza.
“Los clientes ya no vienen con las misma frecuencia”,­ aseguran algunas prostitutas que rondan las calles y los centros nocturnos de Barcelona.

Crónica : Hacerlo en tiempo de crisis
Menos clientes a causa de la crisis
En algunos cabarets los ingresos han disminuido hasta un 70% y el negocio continúa en picada porque a algunos clientes ya no les alcanza el dinero para pagar sus encuentros sexuales.

Cada día más mujeres españolas se ven obligadas a incursionar en este negocio para subsanar sus problemas económicos, y este nuevo “nicho de mercado” está acaparando la clientela de muchas extranjeras que viven de la prostitución y no logran resistir la llegada de las españolas. 

Las brasileñas y las venezolanas tienen mayores probabilidades de convivir con la nueva competencia, pero muchas ecuatorianas se quejan de haber perdido clientes que ahora buscan mujeres “mejor dotadas”, que se alquilan por hora y a precios muy bajos.

Los “empresarios” que regentan algunos clubes nocturnos también se quejan de la disminución de clientes debido a la crisis.

La Asociación Nacional de Empresarios Locales (ANELA) reporta pérdidas que oscilan entre el 45% y el 60% de sus ingresos. Muchos de los clientes que frecuentan estos cabarets o que “recogen” prostitutas en las calles, espaciaron estas visitas debido a la crisis. De ir dos veces por semana, por ejemplo, ahora sólo van una vez, algunos incluso redujeron sus escapadas hasta sólo una al mes.

No hay ofertas que valgan para galopar la crisis, porque, en el caso de este oficio, siempre se antepone la atención al precio. Es cierto, sin embargo, que algunas prostitutas “de lujo” han bajado de la estratosfera y en lugar de cobrar 500 euros, ahora se conforman con 300 pero, de cualquier manera, el cliente común no puede gastar esta suma de dinero .

La prostitución no respeta edades ni sexos, su oferta y demanda es variada pero no por ello ajena a la economía y al mercado laboral. Es por eso que esta crisis global e inédita ha causado estragos en el negocio del sexo. Las mujeres y hombres que se dedican a rentar su cuerpo se han visto obligados a abaratar sus servicios, mientras que, por otro lado, algunos estratos sociales, golpeados por la falta de dinero, han tenido que recurrir a estas prácticas.

La mayoría de las veces son los hombres quienes acuden a los cabarets y a los centros nocturnos, pero muchos de ellos no buscan únicamente sexo, hay quienes acuden esperando ser escuchados o intentando cubrir sus necesidades de compañía y ahora, como era de esperar, el tema que está más en boga es la crisis. Con las prostitutas pueden quejarse, desahogarse como no podrían hacerlo con su esposa o con su familia.

Aunque la crisis afecta a todos los clubes y cabarets, los que tienen menor renombre son los que sufren las mayores consecuencias. Algunas casas de “abolengo” (por decirlo de alguna manera) tienen clientes de años atrás que se mantienen fieles a su lugar favorito, ya sea porque les gusta mantener relaciones con una chica en particular o simplemente porque se sienten más cómodos en ellos.

Los hoteles de paso también llevan números rojos en su cuenta: cuanta menos prostitución hay, menos cuartos se rentan. Los gerentes advierten un mayor número de chicas que no se veían en estos lugares; mujeres que sólo conocían las habitaciones de lujo, ahora tienen que bajar un poco su “estatus” si es que quieren competir en esta profesión que cada día ofrece mayor oferta, debido a una crisis que ha golpeado por igual a los empresarios, a los clientes y a las prostitutas

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