Ya es el 2008 y se ha cumplido la fecha límite fijada por el Gobierno para que las televisiones locales comiencen sus emisiones en formato digital. Sin embargo, la falta de coordinación en algunas administraciones autonómicas ha causado que todavía no se hayan adjudicado las licencias oportunas para emitir en el nuevo formato.

La televisión local lleva años enfrentándose al reto económico de sobrevivir en una situación de vacío legal. Por esta razón ha habido muchas amenazas de cierre a lo largo de estos años. La ley de Televisiones Locales por Ondas Terrestres apareció en 1995 pero no se pudo poner en funcionamiento por la contradicción entre las leyes del Ejecutivo y las de las Autonomías.  
En España tenemos un rico panorama de más de mil emisoras de televisión local terrestre que han comenzado a generar un sector económico prometedor y que, sobre todo, constituyen un indispensable dinamizador cultural y social de sus poblaciones.

La televisión local en España ha logrado consolidarse en muchas regiones como un fenómeno comunicativo importante incluso con una enorme diversidad de tipos de propiedad, de fuentes de financiación, de horarios y de programación. En medio del vacío legal ha conseguido comenzar a asociarse para la compra y producción de programas, a mejorar sus ofertas, aprovechar sus ventajas de cercanía al espectador y a profesionalizar su gestión.

Sin embargo, cabe destacar la pérdida del espíritu de proximidad de lo que en su inicio fue la televisión local debido al fenómeno de conglomerados mediáticos. Grandes grupos multimedia han llevado a la práctica en los últimos años una especie de vorágine adquisitiva de televisiones locales que ha repercutido en la modificación de sus contenidos a otros de tipo más generalista.

Este hecho no tiene porqué verse como algo negativo teniendo en cuenta que muchas de estas cadenas se convertirán en nuevos proyectos, respaldados por grandes grupos editoriales, con la perspectiva futura de ofrecer una programación de calidad. La TDT, en principio, surge como base para una regularización del sector, que hasta ahora  había recibido muchas críticas por parte de los telespectadores que encontraban interferencias en las emisiones asignadas a su zona.

El Plan de impulso de la televisión digital terrestre, de liberación de la televisión por cable y de fomento del pluralismo aprobado en diciembre de 2004 por el Consejo de Ministros, sitúa en abril de 2010 la fecha del apagón analógico para todas las televisiones españolas, cuando en la mayoría de los países de la UE, el apagón se producirá en 2012.