Un quiosco cualquiera de una ciudad del Vallés Oriental. Es invierno. Un hombre se acerca a la pila de los periódicos. Tiene alrededor de 35 años y lleva una chaqueta negra y una bufanda gris con tonos lilas. Busca y rebusca entre el montón de papel con un solo objetivo: encontrar ‘su’ diario. Las otras portadas no le llaman la atención. Ni que “Obama arrasa en tres estados”, ni que “Bilbao sufre la ira de ANV”, ni tampoco que “los presos por homicidio son el 84% más que hace cinco años” le despiertan la curiosidad. Él, como tantos otros españoles, prefiere leer que el Real Madrid “le ha hecho un siete” al Valladolid o que “El Barça sumó ante el Sevilla un punto que sabe a poco”.

La quiosquera, Isabel Rosado, ve como la escena se repite una y otra vez los siete días de la semana. “De cada 4 o 5 personas que vienen a comprar un periódico, uno de ellos se lleva un diario deportivo”, explica. Según los últimos datos de difusión, los cuatro rotativos de referencia de este sector (Marca, El Mundo Deportivo, As y Sport) venden alrededor de 750.000 ejemplares cada día, aunque no ofrezcan la variedad de información que aparece en los generalistas. Pero, a pesar del éxito empresarial que esto supone, muchos aficionados utilizan internet para criticar la falta de calidad y credibilidad que ofrece la prensa especializada en deporte.

Incluso entre los periodistas hay voces que reclaman un cambio en la prensa deportiva. Por poner un ejemplo, el ex corresponsal de El País en Roma, Enric González, comentó en una entrevista reciente que “en España no existe una ‘Gazzetta’ o un ‘Equipe’, lo que hay son boletines de forofos. Estoy convencido de que un diario deportivo serio, bien escrito y sin furores pasionales sería viable”. Para el subdirector de El Mundo Deportivo, Francesc Aguilar, no se puede poner a todos los medios en el mismo saco. “El periódico en el que trabajo quizá intenta ser, entre comillas, más serio que la competencia”, explica este veterano periodista con más de 30 años en la profesión, quién añade que “la línea a seguir es la de l’Equipe o la antigua Gazzetta”.

Los objetivos de El Mundo Deportivo son, según Aguilar, intentar “que el lector encuentre historias, buena opinión”. “El público sabe que cuando hay un acontecimiento, sea del deporte que sea, en nuestro periódico va a encontrar una respuesta”, aseguraba el subdirector de El Mundo Deportivo. Pero Francesc Aguilar también es consciente de la “mala prensa” que tiene el sector en el que él trabaja. Se ampara en el mal funcionamiento del sistema educativo. “La preparación del periodista es básica y en esto estamos fallando –argumenta Aguilar-. Está entrando mucha gente en nuestro oficio que no son periodistas y, globalmente, el nivel de calidad se resiente”.