El tema de la censura es uno de los tópicos más frágiles para los informadores. Para poder escribir libremente, el periodista tendría que elegir un medio donde exista una ideología política parecida o igual a la suya para no tener problemas. “Si no estás de acuerdo con lo que marca el medio en el que trabajas tendrías que cambiar de trabajo”, mantiene Albert Ollés.
Al igual que en otros oficios, actualmente es muy difícil que los periodistas consigan trabajos bien remunerados y con un contrato fijo. Y en consecuencia, si uno no está de acuerdo con la forma de pensar del grupo empresarial al que pertenece el medio, tendría que cambiar de trabajo, si bien “que te contrate un periódico actualmente es un milagro”, asevera el reportero.
Otro de los problemas es el traslado de temas. “Muchas veces el alcalde habla para que hagamos notas que a él le interesa publicar y lo tenemos que hacer”, asegura Ollès, quien afirma que detrás de los medios existe una presión política clara pues los políticos son los más interesados pues el éxito de sus campañas se basa muchas veces en las noticias que los medios divulgan.
Fuera de estas contrariedades, Albert Ollès está contento de poder ejercer esta profesión y sugiere que la práctica es lo más importante para ser un buen informador: “el periodismo no deja de ser un oficio. Las habilidades son adquiridas con la experiencia”.