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Análisis Electoral
Tripartit, tercera parte
Pol Foradada


Jordi Hereu volverá a ser el alcalde de Barcelona. En uno de los comicios menos disputados que se recuerdan, en los que las encuestas previas ya aventuraban unos resultados que aritméticamente posibilitarían revalidar la coalición, todo apunta a que el tripartito se repetirá por tercera vez consecutiva en el Ayuntamiento de la capital catalana, eso sí, un poco desgastado debido a la bajada de los tres partidos. El candidato socialista afirmó que “los candidatos han renovado la confianza en el gobierno de progreso”. De nuevo le salió bien la jugada al Partit dels Socialistes de Catalunya, cambiando el alcalde a media legislatura para promocionar al nuevo candidato.

Girando la vista al 2003, la principal novedad es la subida de Convergència i Unió (CiU): ha aumentado de 9 a 12 ediles, quitándole uno a cada uno de los tres partidos del gobierno. Imma Mayol, la número uno de Iniciativa per Catalunya-Els Verds (ICV) leyó la abstención como “un toque de atención, aunque la gente ha vuelto a pedir que la nueva etapa de Barcelona la lideren las fuerzas de izquierda”. El otro socio de gobierno, Jordi Portabella, también sacó dos lecturas de los resultados, aunque remarcó que “el regidor que ha perdido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) no significa una perdida de poder, ya que volveremos al Ayuntamiento”.

En la sede de CiU se vivía un ambiente agridulce. La felicidad era debida al hecho de ser la única fuerza que mejoró su número de concejales. La decepción, por presenciar de nuevo otra legislatura desde el banco de la oposición. El candidato Xavier Trias, después de felicitar a los socialistas, se congratuló de comprobar que “el cambio es posible, mucha gente lo desea”. 

Por su parte, el Partido Popular (PP), mantuvo los resultados de hace cuatro años, quedándose con 7 representantes. El candidato Alberto Fernández se felicitó por haber “conseguido mantener los mejores resultados obtenidos por el PP en las municipales de la capital catalana”. 

Sin embargo, la conclusión que se tiene que sacar de estas elecciones es que la abstención, que llegó al 50,4%, ha sido la principal “vencedora”. Todos los candidatos coincidieron en apuntar que los ciudadanos mandaron un mensaje a la clase política. Algunos se esfuerzan en apuntar al buen tiempo del domingo para justificar la baja participación. Otras veces se ha recurrido a la lluvia para justificar el mismo hecho. Ernest Benach, president del Parlament, argumentó que “las tres convocatorias a las urnas en menos de un año pueden haber causado fatiga entre los electores”. Lo único que es cierto es que menos de la mitad de los electores han ido a votar, en los índices de participación más bajos en unas elecciones municipales desde 1979.