El mercado de Santa Caterina, la esperanza de Ciutat Vella
por Borja Bujedo
El mercado de Santa Caterina será un éxito si se consigue que sea un lugar frecuentado por compradores de Ciutat Vella y del resto de la ciudad”, afirma Martín Abella, director de promoción y comunicación de (Foment CV) cuando han transcurrido siete meses desde la inauguración del establecimiento. El Ayuntamiento confía en que la nueva construcción sea un punto de referencia reconocido internacionalmente tanto por su arquitectura como por su comercio y que se constituya como un motor de transformación del barrio del casco antiguo dentro del proceso de rehabilitación de esta zona. El Ayuntamiento de Barcelona inició en 1987 un programa de rehabilitación de Ciutat Vella. En los últimos años el deterioro físico del casco antiguo era ostensible y además se caracterizaba por un alto indice de problemas de delincuencia y de exclusión social. Dentro de este proyecto se encontraba la reconstrucción del mercado de Santa Caterina, fundado en 1848 –el más antiguo de Barcelona-,  con lo que se pretendía revitalizar el comercio de la zona. Un retraso de seis años en las obras de construcción debido al hallazgo de los restos del convento de Santa Caterina ha sido el particular via crucis por el que los  que los habitantes y comerciantes del Born han tenido que pasar hasta ver en pie la nueva edificación.   
Durante ese periodo de tiempo de los más de 200 puestos que estaba formado el antiguo mercado sólo 60 han sobrevivido y unas 40 tiendas de la zona han tenido que colgar el cartel de traspaso.  
El cambio ha sido espectacular”, afirma Gloria Esforzado, presidenta de los comerciantes del mercado de Santa Caterina, para referirse a las nuevas instalaciones del centro comercial en comparación con las del anterior que fue construido en 1848. Después de estar seis años en una carpa provisional dice sentirse satisfecha de haber recuperado toda la clientela y trabajar en un recinto moderno. Esforzado asegura que el número de clientes es mayor porque después de estar tantos años en la carpa provisional han
conseguido atraer a personas a las que les gustan los productos frescos y no los que se venden en los supermercados. 
Pero el mercado de Santa Caterina todavía es objeto de polémica. Gabriel Gómez, integrante de la dirección de la organización SOS Monuments denuncia que “con la reconstrucción del actual centro comercial se pierde un monumento de corte neoclásico y también los restos arqueológicos del convento que lleva el mismo nombre.
La construcción de los aparcamientos soterrados de la avenida Francesco Cambó que se sitúan a la entrada del mercado de Santa Caterina también es objeto de crítica por la organización SOS Monuments. Para éstos el acceso a esta calle es dificultoso a causa de la falta de visibilidad.
Si se observa la entrada de tráfico a la avenida de Francesc Cambó desde la Via Laietana se comprueba que son frecuentes pequeños atascos de tráfico por la estrechez de la vía de acceso. La asociación de comerciantes del mercado insiste en que esta zona no ofrece ninguna dificultad de acceso.